La educación formal fue la que más recibió el golpe de la transformación digital en la educación durante la pandemia porque tuvo que adaptarse e invertir en plataformas para continuar con la enseñanza.
Los educadores tienen un gran desafío con la educación híbrida, pero herramientas no faltan. La utilización de la tecnología trajo aparejado nuevos términos, como el «estás silenciado» o costumbres como todos los alumnos con sus cámaras encendidas. Sin embargo, no siempre resultó en mejores experiencias para los estudiantes, quienes en muchos casos se las ingeniaron para encontrar alternativas como grabar videos con movimiento como para que pareciera que estaban participando de las clases o abrían pizarrones digitales para dejar mensajes, por lo que la coordinación de estos espacios no siempre fue la más simple.
Los docentes tienen más recursos virtuales
La metodología actual es cada vez más personalizada, porque los docentes tienen más recursos virtuales. Moodle, permite a estudiantes y profesores mantener el progreso educativo de manera online. Además, los módulos se pueden personalizar. También está Genially, herramienta que ayuda a crear contenidos interactivos para presentaciones individuales o para trabajar en grupo. Y en el caso de Matemáticas y Ciencias, Wiris permite crear ecuaciones y otras operaciones para facilitar el aprendizaje de estas materias.
La educación no formal no está ajena a los desafíos de la transformación digital
Probablemente ha sido la más beneficiada con la digitalización de la enseñanza. Empresas como CoderHouse o SoyHenry, son claros ejemplos de que los programas de educación, a través de cursos cortos, pueden ser de gran interés para las personas. Se puede aprender de manera virtual con un experto en el tema o a través de plataformas digitales donde hay miles de cursos – gratis y pagos- desde donde elegir. Crehana, es una web donde se puede pagar una mensualidad y acceder a más de 500 cursos disponibles. Udemy es una academia virtual dirigida a los profesionales que quieran actualizarse y Coursera es una plataforma creada por profesores de la Universidad de Stanford, inicialmente para enseñar inglés, pero que actualmente incluye desde cursos de programación hasta marketing digital.
La educación no formal es práctica, se adapta bien a todas las necesidades de las personas y te permite tener tu propio ritmo de aprendizaje.
Se pueden conseguir certificaciones por un precio asequible o de manera gratuita, dependiendo de la profundidad en que se desarrolle cada curso. Todas estas ventajas hacen que la educación online sea muy popular, aunque esto trae algunos problemas. Muchas veces no sabemos quién elabora los contenidos del curso y qué tan preparados están estos profesores para darnos las herramientas necesarias. Además, la brecha tecnológica hace el trato muy lejano con los docentes y no nos toca muchas veces interactuar con nuestros compañeros de curso. Incluso ni siquiera llegamos a conocerlos.
La tasa de abandono en los cursos online es muy alta por estas razones. Dependiendo de cada país y cada plataforma, las tasas de abandono pueden llegar desde un 50% hasta un 90%. La mayoría de los casos implica que el estudiante acepta perder el dinero abonado. No es lo mismo para un estudiante realizar un curso grabado que un curso en vivo como así tampoco un espacio con pocos compañeros que uno con más de 200.Y al momento de ser evaluados, nadie asegura que las respuestas sean 100% confiables, ya que, al estar online, podrían responder viendo las materias.
La transformación digital en la educación es un desafío para profesores y alumnos: los primeros deben crear contenidos creativos y que mantengan interesados a sus estudiantes, mientras que los segundos deben adaptarse y comprometerse en este medio digital.
La educación híbrida es una realidad y gracias a la pandemia cambió por completo la manera en que se enseñan los contenidos, creando nuevos programas y plataformas digitales que contribuyen con algo tan esencial para nuestra sociedad como es el aprendizaje.