En la actualidad es imprescindible introducir en el aula diferentes tipos de alfabetizaciones como la mediática, la audiovisual, y la digital, aplicándolas al uso de Internet y las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). Pero a esto se suma la necesidad de brindar además una alfabetización informacional, una tipología que, pese a no estar necesariamente vinculada al progreso tecnológico, resulta una competencia de vital importancia en la actualidad.
Esto tiene mucho que ver con un término muy en boga en los últimos años, como es el de la posverdad, que vendría a ser un estado sociocultural en el que resulta tan difícil esclarecer qué es verdad y qué no lo es, que se ha optado por descartar su valor e importancia, según consignó Aula Planeta.
La combinación de una sociedad hiperconectada y permanentemente informada como la nuestra, la capacidad de Internet para dar cobijo a cualquier tipo de información (verdadera o falsa) ordenada sin criterio jerárquico, el sesgo cognitivo y el declive de la credibilidad en la prensa “tradicional” como fuente fiable, han superado las capacidades de discernimiento y empujado a la ciudadanía a abrazar, de entre todas las posibles, la verdad que mejor se adapta a sus intereses particulares.
Estas circunstancias favorecen la posibilidad de una manipulación informativa, lo que revitaliza la importancia de la alfabetización informacional, la cual se ofrece no solo como un modo de recuperar esa capacidad de discernimiento supuestamente perdida, sino sobre todo como una forma de demostrar que la verdad es algo valioso, si no imprescindible, para tender puentes entre sociedades y/o los individuos que las componen. De allí su importancia de introducirse en el aula.
Cómo hacerlo
La alfabetización informacional es la capacidad para conocer cuándo y por qué se necesita saber una información, dónde encontrarla, cómo evaluarla, cómo utilizarla y cómo comunicarla de forma ética. Para incorporar esta capacidad, los docentes deben inducir a sus alumnos a analizar y escoger la información que necesitan para elaborar un ejercicio, ya sea a partir de formatos físicos como prensa impresa o libros, o bien de formatos digitales. Para conseguirlo deberán entender la información que buscan, interpretar las fuentes consultadas e identificar las partes que les son útiles de las que no lo son.
A partir de ello, se deben promover ejercicios relacionados con la reflexión sobre uno o varios temas. De este modo, el alumnado se verá obligado a estructurar su discurso, a través de la comprensión de la información que haya sido necesaria recopilar para la elaboración de esa reflexión.
También se pueden organizar debates en el aula a partir de posturas diferentes sobre un mismo tema, que promuevan la argumentación y la necesidad de ajustarse a la realidad. Aprovechá que la escuela te ofrece un entorno controlado desde el que podés moderar estas controversias de acuerdo con los principios de la alfabetización informacional.
El objetivo es que los alumnos puedan dar pasos hacia un mayor control sobre la influencia que la información y los medios de comunicación tienen en ellos y su entorno, facilitando el camino hacia una necesaria revalorización de la verdad como pilar sobre el que se han asentado muchas de nuestras sociedades, y que parece tambalearse en tiempos de la posverdad.