Redes sociales y adolescentes. Para los adolescentes las tecnologías no representan nada nuevo: son parte de varios estímulos que rodean su vida cotidiana desde siempre. Esto hace que suelan manejarse con naturalidad y comodidad al utilizar la tecnología, propias de quien no ha conocido otro escenario. Si vemos el uso que hacen, observamos que suelen jugar, socializar, buscar información, navegar en redes sociales, con mucha facilidad para conectarse o para entrar y salir de determinados sitios.
La adolescencia es una etapa cargada de oportunidades para el crecimiento y la consolidación de la personalidad. El valor de las relaciones sociales y el placer que generan son muy importantes en la vida de un adolescente. Los dispositivos electrónicos se han convertido en el medio más elegido por los adolescentes para una de las actividades más importantes de esta etapa: socializar.
Redes sociales y adolescentes: Vínculo parental
En esta etapa el vínculo con nuestros hijos e hijas está cambiando, los adolescentes necesitan separarse de nosotros para poder ganar en autonomía y libertad. Y en el mundo digital esto se hace muy evidente. ¿Por qué las aplicaciones que usan los adultos no son las más utilizadas por los adolescentes? ¿Por qué los adolescentes suelen ser pioneros en una red social y cuando los adultos llegan a ella, se van inmediatamente a otra? En lo digital también se dan la separación y necesidad de tener su propio espacio, compartido con sus pares, no con sus padres.
Pero nada de esto debe confundirnos y hacernos pensar que podemos dejarlos solos. El uso que hacen de los dispositivos y plataformas no significa que tengan conocimientos y habilidades sociales suficientes para poner en práctica desde lo digital. Como en otros ámbitos de su vida, es necesario que los adultos eduquemos, orientemos y acompañemos para que los adolescentes tomen decisiones que les permitan ir ganando autonomía y velar por su seguridad en línea.
Preguntas frecuentes
¿Por qué pasan tanto tiempo con la tecnología?
No es posible entender a los adolescentes sin comprender su entorno e identidad digitales. El deseo de pertenecer, de contar con la aprobación y reconocimiento de pares (ya no de sus padres) es el mismo dentro y fuera de la red. Lo que cambia es la plataforma: hoy el reconocimiento se da en likes y las diversas formas de aprobación que reciben en las redes sociales. Esto explica por qué les cuesta tanto manejar sus tiempos de conexión y el miedo de estar perdiéndose “algo” si se desconectan. Por medio de lo que comentan, lo que eligen publicar y lo que no, podrán aprender a gestionar su autonomía, a manejar sus niveles de visibilidad, su popularidad y su ser social. Es importante acompañarlos en ese proceso y educarlos en cómo manejarse en la red, cómo formar su huella digital, y trasmitirles que cada elemento que publican o comentan irá formando su identidad digital.
¿Conviene que siga a mi hijo en una red social para interactuar también con él por esa vía?
Esta pregunta, repetida muchas veces por adultos que acompañamos a adolescentes, nos invita a reflexionar acerca del respeto a su privacidad e intimidad, y a confiar para que crezcan saludablemente. Si como adultos estamos muy encima de ellos, no les permitimos ensayar, equivocarse, crecer. Pero tampoco debemos dejarlos solos, al igual que cuando vamos con un niño a una plaza no lo dejamos solo en los juegos y nos vamos. La primera vez lo ayudamos a subir a un juego, luego vemos cómo se tira del tobogán y con el tiempo podemos darle espacio para jugar solo, observándolo desde cierta distancia. Lo mismo pasa con los adolescentes y su vida digital. Necesitan que estemos presentes, habilitemos que exploren, creen y se equivoquen. Esa será la mejor forma de que propiciar que acudan a nosotros cuando lo necesiten. Recordemos que seguimos siendo figuras claves para ellos, modelos y referentes, incluso en este tema.
Redes sociales y adolescentes: ¿Cuándo debemos preocuparnos?
Si observamos que el adolescente está viendo afectado su rendimiento escolar, está evitando la interacción con sus pares o dejando de hacer actividades que antes le gustaban, porque puede estar teniendo un comportamiento problemático en relación con la tecnología.
Fuente: Unicef Uruguay