Estereotipos. En abril se conmemora el Día Internacional de las Niñas en las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) que tiene como objetivo incentivar la vocación tecnológica en las niñas y jóvenes, así como también reducir las brechas de género actuales en estos sectores. Desde Grow– género y trabajo buscamos visibilizar esta problemática, y dejamos una serie de recomendaciones para las organizaciones.
El impacto de los estereotipos
Todavía existen preconceptos sobre la superioridad de un género frente a determinadas tareas. Con frecuencia se escucha, por ejemplo, que los varones tienen más facilidad para las matemáticas, mientras que a las niñas «se les da mejor» la lengua o la literatura.
Históricamente se justificaba esta diferencia desde la ciencia, como una cuestión neurológica. Se especificaba que los varones tenían cierta facilidad «innata» para las ciencias duras y las mujeres para lo social. Sin embargo, como en otras ocasiones donde los datos son leídos por la ciencia con sesgos de género, se ha comprobado que los distintos rendimientos, no provienen de diferencias biológicas, sino de una menor estimulación que lleva a la pérdida de la autoestima y la confianza, y que comienza en nuestra infancia.
Los test PISA, por ejemplo, han comprobado que las niñas rinden mejor en todas las asignaturas hasta los 9 años, edad donde comienza a bajar su rendimiento en matemáticas, situación que se acentúa con el correr del tiempo. Según un informe de 2017, el miedo al fracaso resulta una diferencia sustancial de esta brecha de géneros: cuando los y las estudiantes tienen más confianza en sí mismos/as, se dan más libertad para fracasar. En este sentido, la prueba y el error representan un proceso indispensable para el aprendizaje y la producción del conocimiento en matemáticas y ciencias.
Cómo afecta al futuro del trabajo: tuberías rotas
La metáfora «tuberias rotas» refiere a cómo las mujeres inician un recorrido educativo o profesional dentro de las carreras STEM (ciencias, tecnologías, ingenierías y matemáticas) pero poco a poco lo van abandonando, debido a barreras institucionales, estereotipos y otras formas de discriminación en base a su género.
La falta de estimulación que reciben las mujeres desde las infancias y que luego se traducen en estereotipos y discriminaciones en su carrera educativa y laboral, es reflejada en los números actuales. A nivel mundial, las mujeres sólo representan el 35% en las carreras STEM y apenas el 22% de las personas empleadas en áreas de inteligencia artificial (ONU).
Otro de los motivos por los que es importante trabajar en esta problemática, radica en las brechas salariales: mientras que las mujeres se insertan laboralmente en actividades menos dinámicas de la economía cuyos salarios son menores, los varones lo hacen en actividades – como las vinculadas a las tecnologías – que tienen remuneraciones más altas.
Consejos para comenzar a cerrar las brechas
Recomendamos tanto a las familias como a las instituciones educativas incentivar, estimular y brindar confianza a las niñas. Evitar los discursos como «las matemáticas son difíciles» y también repensar si existen sesgos inconscientes que estemos reproduciendo. Aconsejamos promover las áreas STEM desde propuestas lúdicas.
A las organizaciones, las invitamos a que brinden oportunidades y primeras experiencias a mujeres que se postulen para éstas áreas; así como también a que implementen CVs ciegos, ya que estos promueven contrataciones libres de género; y a las organizaciones relativas al sector, sugerimos brindar becas o promociones para incentivar la participación e incorporación de adolescentes y niñas en estas áreas.
La transformación es colectiva y responsabilidad de todas las personas.