Actualmente el término mindfulness (también conocido como plenitud de conciencia o conciencia plena) se refiere por lo general a liberar el estrés inherente a estos tiempos acelerados, a través de técnicas que permiten alcanzar un elevado nivel de concentración y atención.
Se trata de una práctica creciente, que cada vez es más utilizada en las empresas y también en el ámbito educativo. El sitio Aula Planeta repasó el origen y los beneficios que puede aportar desde una perspectiva educativa.
Historia
El mindfulness, entendido como método para aliviar el estrés psíquico y/o físico nació a finales de la década de los 70, siendo utilizado con fines terapéuticos para ayudar a personas con problemas psicológicos. En 1979, el profesor Kabat-Zinn fundó la Clínica de Reducción del Estrés Basado en la Atención Plena dentro del Centro Médico de la Universidad de Massachusetts, y cuya base era, como su nombre indica, el mindfulness.
Pero no fue hasta el año 2000 cuando se inició The Inner Kids Program, basado en el mindfulness y pensado para los niños de escuelas públicas y privadas de Los Ángeles, en los EE.UU., dando inicio a la expansión de esta práctica en muchos colegios estadounidenses, antes de dar el salto a Europa, donde pese a su relativa implementación va ganando impulso en cada vez más centros educativos.
Beneficios de la atención en tiempos de la multitarea
No es sencilla su introducción en las escuelas porque requiere de varios espacios que permitan desarrollar su puesta en práctica de forma efectiva, en los que debe reinar la tranquilidad y el silencio, muchas veces ausentes de los centros educativos. A esto se deben sumar al menos dos especialistas en la materia. En caso de que sea posible lograrlo, el mindfulness aporta las siguientes ventajas:
- Genera una mayor atención en el alumnado, mejorando su capacidad de concentración y, por ende, también de relajación y sosiego. Quizás por eso se considera que el mindfulness afecta positivamente al rendimiento creativo de los que lo practican.
- Reduce considerablemente el estrés y la fatiga que de él se deriva, sean cuales sean sus causas, mejorando la autoestima de sus practicantes y su relación con los demás.
- Permite una mayor introspección por parte del alumnado.
Estos beneficios son mejor aprovechados en edades tempranas, ya que la plasticidad del cerebro es mayor en esos momentos de la vida. Sin embargo también pueden mejorar la calidad profesional y vital de docentes y familias.