El diverso abanico de opciones que nos ofrecen las herramientas digitales ha generado una demanda de nuevos perfiles profesionales, más especializados, completos y multidisciplinares. Si vivimos, nos relacionamos y consumimos de otro modo a partir de la revolución digital en la que estamos inmersos, también tendremos que aprender de otra manera.
El sector educativo es un ámbito vital para la transferencia de conocimiento a las nuevas generaciones y de este modo, seguir avanzando. En un paradigma tan cambiante como en el que vivimos, es necesario que la educación, desde el profesorado hasta el propio proceso de aprendizaje, se adapte al nuevo entorno digital, consignó el sitio Educación 3.0.
Los cambios en este entorno han influenciado en el proceso educativo, incluidos los propios estudiantes, que disponen de la misma información que el profesor y están más habituados al uso de plataformas digitales. La educación ya no es solo enseñar contenidos, sino también educar en la gestión de esos contenidos. Es por eso que los centros educativos se encuentran ante el desafío de una transformación digital global y para ello se necesitan profesionales capaces de liderarla.
Se denomina “maestros del cambio” a aquellos que serán los encargados de liderar la revolución digital de la educación desde sus aulas, enseñando a sus estudiantes a desenvolverse con soltura y a utilizar de manera correcta y eficiente las plataformas. Para dar respuesta a esta demanda social, el profesorado va a tener que formarse en materias como digitalización, e-learning, gamificación o analytics, además de modificar su manera de dar las clases, motivando a unos estudiantes cada vez más alejados de los libros y atraídos por las pantallas.
La transformación digital de la educación no se limita a los contenidos, sino que también aborda la manera de impartir ese temario. Los avances propios de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación han propiciado la aparición de nuevas y mejores plataformas de enseñanza online.
Estos avances no se centran solo en la enseñanza a distancia, sino en el acceso a contenidos o recursos compartidos en la nube y en la mejora de la comunicación profesor-alumno, fomentando a través de este contacto más directo una enseñanza más personalizada. En el futuro también será clave el manejo de idiomas y la gestión emocional de las aulas.