Por Victoria Giambroni Dalcol, Asistente de Proyectos
La educación en contextos rurales supone desafíos que le son propios y que difieren de aquellos que tienen las escuelas de contextos urbanos. Desde hace más de cuarenta años, el Programa Sembrador de Fundación Bunge y Born busca acompañar a quienes los enfrentan a lo largo y ancho del país.
Algunas escuelas de la ruralidad cuentan con una matrícula muy reducida y escaso personal docente. Hay incluso escuelas con personal único, es decir, quien dirige el establecimiento es también el docente, el portero, el cocinero, el administrativo y realiza las tareas de cuidado de la escuela. Los estudiantes no son divididos en diferentes grados según su edad o nivel de adquisición del aprendizaje, sino que constituyen un único grupo heterogéneo: el plurigrado.
Allí la enseñanza se organiza de maneras inimaginables para la norma y que suponen creatividad e innovación por parte de los docentes. Una forma de enseñanza fértil para este tipo de estructuras es el Aprendizaje Basado en Proyectos, o «ABP».
Esta metodología permite que los alumnos con diferentes edades y niveles de conocimiento puedan participar de la misma actividad o unidad temática según sus posibilidades. Además, permite la formulación de preguntas alineadas con los intereses del grupo, lo cual suele operar como un gran motivador para el trabajo en el aula. Los alumnos participan activamente indagando y buscando soluciones y se comprometen con el desarrollo del proyecto de principio a fin.
La organización del aprendizaje en torno a un proyecto es una gran oportunidad para el abordaje interdisciplinario. Difícilmente un proyecto pueda ser abordado únicamente desde una disciplina, por lo que es probable que se valga de ideas de distintos campos del conocimiento para que pueda ser llevado a cabo. Esto es una gran ventaja para la enseñanza en general porque permite la integración del conocimiento y el trabajo conjunto de los docentes, y lo es aún más en contextos rurales donde, como mencionamos, podría no haber un docente por área. Es por eso que el trabajo por proyectos es una gran herramienta en estos casos para trabajar con varias disciplinas a la vez.
Pero, ¿Cómo se vincula esto con el arte? Sabemos que, sea por estar ubicadas en zonas alejadas de los centros urbanos o por situaciones de vulnerabilidad socioeconómica, las escuelas de contextos rurales no cuentan con las mismas oportunidades para acceder a propuestas artísticas y culturales que aquellas que se encuentran en centros urbanos.
Además, es frecuente que en la priorización de los contenidos a enseñar, aquellos asociados al arte queden relegados a un segundo plano. Sin embargo, consideramos que el esta disciplina puede ser un gran recurso pedagógico transversal que permita abordar la enseñanza de manera interdisciplinaria, a la vez que puede constituir un eje que nuclee el trabajo en un proyecto.
Desde esta perspectiva, las disciplinas artísticas se entrelazan con la vida cotidiana de la escuela y se construyen a partir de la experiencia de todos los que integran la comunidad escolar. Por eso, se convierte en un recurso muy fértil para el plurigrado, en la medida en que las infancias de todas las edades pueden comunicarse a través del lenguaje artístico. Además, puede ser un vía de acceso a contenidos de otras disciplinas, como la matemática, las ciencias y las prácticas del lenguaje.
El Programa Sembrador cuenta con los MOOCs, una serie de diez cursos de capacitaciones docentes que abarcan las más diversas temáticas.