El Mundial de fútbol de 1978 fue el primero que quedó en manos de Argentina. Y aún cando ya han pasado 42 años, sigue generando polémica por la supuesta injerencia que tuvo la dictadura instaurada en el país para que el equipo de César Menotti ganara el trofeo.
Ahora fue el ex futbolista neerlandés René Van der Kerkhof, figura de su seleccionado que fue finalista, quien afirmó que "todo el mundo" les decía "que Argentina debía salir campeón por las buenas o por las malas" y que la dictadura favoreció a la obtención del torneo de parte de los locales.
En una exclusiva entrevista con Télam a 42 años de la Copa del Mundo jugada en la Argentina, Van der Kerkhof, que también formó parte de La Naranja Mecánica que perdió la final con Alemania en el 74, contó además que sabían sobre las Madres de Plaza de Mayo pero que "la mayoría de los jugadores no estaban interesados en ello".
Delantero hábil y veloz, René Van der Kerkhof fue titular los siete partidos de su equipo en el Mundial: 3-0 a Irán, 0-0 con Perú y 2-3 con Escocia por el Grupo 4 de la fase inicial en Mendoza; 5-1 a Austria, 2-2 con Alemania Federal (hizo el gol del 2-2 a los 84m) y 2-1 a Italia por el Grupo A de la segunda rueda en Córdoba; y el 1-3 de la final ante Argentina, en la que dio la asistencia para el gol de Dick Naninga.
Van Der Kerkhof, que en septiembre cumplirá 69 años, vive en la ciudad de Waalre, Eindhoven, donde tiene un negocio cerca del estadio del club PSV, en el que jugó más de una década y con el que conquistó la Copa UEFA en 1978.
La entevista completa:
Antes del Mundial 1978 en su país hubo una campaña que cuestionó la participación del equipo en el torneo. ¿En algún momento el equipo dudó de viajar a la Argentina?
Van Der Kerkhof: Había una campaña y nos dijeron todo lo que pasaba en Argentina con respecto a los Derechos Humanos. Inclusive nos dijeron que había un campo de concentración. Pero les dijimos que, si no íbamos, en Argentina iban a estar contentos. Fuimos a jugar al fútbol por todos, estuvieran o no a favor de los derechos humanos.
Sabía, entonces, antes de viajar a Buenos Aires que había una dictadura.
Sí, sabíamos que (Jorge Rafael) Videla era un dictador, especialmente por los Derechos Humanos y por todas las personas que habían encerrado.
¿Sabía de la existencia de las Madres de Plaza de Mayo? Hubo muchas historias y leyendas en ese sentido. ¿Fue a Plaza de Mayo a verlas? Su compañero de equipo Wim Rijsbergen sí lo hizo.
Sí, oímos acerca de las Madres de Plaza de Mayo, pero la mayoría de los jugadores no estaba interesado en eso. Creo que el único que visitó Plaza de Mayo fue Wim Rijsbergen, pero no estoy seguro.
¿Tuvieron algún tipo de instrucción o recomendación de parte del personal técnico de la embajada holandesa en Buenos Aires para que tuvieran cuidado?
No, no recibimos instrucciones de la embajada holandesa. Creo que no los vimos.
Hay un mito o leyenda acerca de por qué su equipo no fue a la fiesta realizada después de la final. ¿Puede explicarnos las razones?
Sí. La razón por la que no fuimos fue que había miles de personas afuera de nuestro hotel y teníamos miedo de salir. Eso fue lo que nuestra organización nos dijo. Nos dijeron que no fuéramos por los hinchas argentinos que estaban afuera.
¿Sabían que el estadio Monumental, donde se jugó la final, estaba a unos 600 metros de uno de los campos de concentración que Argentina tuvo durante la dictadura, donde la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) operaba?
No, no sabíamos que el campo de concentración estaba allí. Nos lo dijeron después, cuando ya estábamos de regreso en casa.
Sin embargo Jan Jongbloed, arquero titular del seleccionado de su país en el Mundial 1978, en una entrevista con Télam en 2011 en Amsterdam reveló que conocía la existencia de un campo de concentración en donde funcionaba la ESMA.
Insisto: sabíamos pero no todo. Los jugadores de fútbol no son gente de política.
Desde un punto de vista deportivo, ¿cree que la dictadura favoreció que el equipo argentino ganara la Copa?
Sí, por supuesto. Todo el mundo nos dijo que Argentina debía ser el campeón del mundo por las buenas o por las malas. Los siguientes partidos (a los de la primera fase) deberían haber sido jugados en el mismo horario. Ya sabe: el partido que Brasil le ganó a Polonia por 3 a 1 y el de Argentina con Perú. Argentina jugó dos horas más tarde y la FIFA tenía miedo de dar marcha atrás con esto. Argentina debía ganarle a Perú por al menos cuatro goles de diferencia. Al final ganó 6 a 0 y pudo avanzar a la final.