La violenta situación que atraviesa el país en el que debía jugar ante Independiente Santa Fe provocó que River cambiara de rumbo: en lugar de ir a Colombia tendrá que presentarse en Asunción del Paraguay. Será este jueves desde las 21 en el estadio de La Nueva Olla de Cerro Porteño, en Asunción.
Conmebol tomó la decisión minutos antes del embarque de la delegación riverplatense en Ezeiza con destino a Colombia. De Bogotá se había trasladado a Armenia, pero la alcaldía de esa ciudad solicitó un refuerzo para el operativo policial y no alcanzaron un acuerdo.
"El alcalde no suspendió el encuentro, dijo que no había garantías de seguridad. Consideró que ante la tensión social se necesitaba un operativo policial mayor. Hay focos de protesta social en todo Colombia", señaló John Edgar Perea, asesor de la alcaldía de Armenia, a TyC Sports.
Conmebol, generalmente inflexible a la suspensión de los encuentros, definió el mismo día el cambio de sede al país donde tiene su centro de operaciones y cuyo presidente, Alejandro Domínguez, es nativo.
El ente que regula el fútbol sudamericano, en acuerdo con los clubes y autoridades, encontró una rápida solución frente a un calendario muy apretado que no resiste aplazamientos de partidos.
River jugará definitivamente el jueves y en el llano. En los escenarios previos debía enfrentar 2.600 (Bogotá) o 1.500 metros de altura sobre el nivel del mar (Armenia).
Un posible equipo millonario sería con: Franco Armani; Gonzalo Montiel, Robert Rojas, David Martínez y Milton Casco; Simón o Bruno Zuculini, Ponzio, Agustín Palavecino y Jorge Carrascal; Julián Álvarez y Girotti.
El origen del conflicto
Colombia, país en el que River debía enfrentar a Independiente Santa Fe este miércoles, atraviesa una profunda crisis que ya dejó 19 muertos, según comunicó la Defensoría del Pueblo. Además, hay más de 800 heridos y 431 personas detenidas.
El origen de las protestas colectivas fue el proyecto de reforma tributaria impulsado por el presidente Iván Duque, y aunque en las últimas horas el mandatario había anunciado el retiro de la iniciativa, los reclamos continuaron.
Miles de ciudadanos volvieron a salir a las calles de las principales ciudades del país. Todos los partidos políticos, incluyendo al Centro Democrático, cuyo líder es el expresidente y mentor de Duque, Álvaro Uribe, se pronunciaron en contra de la iniciativa, que fue calificada como un "engendro" pero que el mandatario insistió en defender hasta las últimas consecuencias.
La ONU y la Unión Europea se manifestaron profundamente alarmadas por la "feroz represión" en Colombia.