En las últimas horas, los jugadores del Real Madrid sorprendieron por unas máscaras que utilizaron en los entrenamientos en el campo de Valdebebas. Kylian Mbappé, Rodrygo, Vinicius, Federico Valverde son las estrellas merengues que aparecieron en la práctica con la famosa “Training Mask”, el método de entrenamiento que aplica Antonio Pintus, el preparador físico del cuerpo técnico de Carlo Ancelotti, en la Casa Blanca del fútbol y que lleva al máximo la exigencia física de los futbolistas.

Las máscaras son un sistema que simula la exigencia física en altura y que le sirven al preparador físico para individualizar el trabajo físico. “Empecé a utilizar este test hace 20 años con el AS Mónaco y creo que es importante seguir para ver la evolución en la condición física de los jugadores con el paso del tiempo. Hoy se corre mucho más y los datos son mejores que los de antes. Estamos muy contentos de cómo están los jugadores físicamente”, le dijo el preparador físico a Real Madrid TV.

La tecnología llegó al fútbol hace mucho tiempo, pero en los últimos meses se fueron sumando herramientas. Ahora se incorporaron objetos como los marcadores de pulsaciones o las cintas kinesiológicas, pero también las fibras en la ropa deportiva que permiten mejorar el rendimiento y contener la transpiración.

Pero lo que Pintus propone en sus formas de entrenar al equipo se basa en la combinación de varios métodos y en considerar al futbolista como un atleta, más allá de las condiciones técnicas individuales. “Hicimos un test para evaluar la condición física de los jugadores, la diferencia de potencia entre uno y otro. Analizamos el umbral anaeróbico y el aeróbico porque es importante para poder individualizar el plan de trabajo. Hay jugadores que corren los 100 metros en 20 segundos, pero algunos tienen que descansar 15′' y otros 20′', porque tienen una potencia de motor diferente en este momento”, contó Pintus.

Las famosas máscaras de hipoxia se colocan sobre la boca y la nariz del futbolista para respirar a través de sus filtros. Se encargan de regular el oxígeno que ingresa al organismo mediante las tres válvulas intercambiables que poseen; dos para la entrada y una para la salida. Además, las máscaras son capaces de simular una altura de entre 910 y 5500 metros sobre el nivel del mar, para acercarse lo máximo posible a los beneficios que tiene el entrenamiento bajo esas extremas condiciones.

Su particularidad es que están pensadas para realizar esos ejercicios en situaciones reales, sobre el propio terreno de juego, y no en condiciones controladas, como pueden ser la cinta de correr o la bicicleta estática. Un sistema portátil para realizar pruebas de esfuerzo y detectar el VO2 máximo, es decir, el volumen máximo de oxígeno que se utiliza durante esfuerzos.

“A los jugadores, este test no les gusta mucho porque es muy duro correr con una máscara que analiza el oxígeno... pero lo saben. Un jugador me dijo «tú eres el diablo». Los jugadores se someten mucho a esta tortura y yo lo agradezco mucho porque tenemos un muy buen grupo”, reveló Pintus.

Con este método, el objetivo de Pintus es aumentar la resistencia física, la potencia y la velocidad de los jugadores. Pero además, conocer su estado metabólico. De esta manera, puede planificar con los médicos o nutricionistas una dieta ajustada a las necesidades de cada organismo.

“A Pintus le gusta hacernos sufrir, pero es su trabajo y lo hace muy bien. Me encanta, es una gran persona. A largo plazo, notaremos el trabajo que estamos haciendo ahora. Aunque no sea agradable, es mejor hacerlo ahora que cuando llevemos diez o quince partidos”, contó Jude Bellingham, que habló sobre esta serie de actividades en sus primeros meses en el conjunto merengue.

Este test dura casi 30 minutos y consiste en recorrer 20 metros de distancia en línea recta antes del comienzo de una señal sonora. Los deportistas comienzan el test a una velocidad de 8 kilómetros por hora, un ritmo que se puede superar a paso rápido sin correr, pero finaliza a 20 km/h aproximadamente. Cada minuto la velocidad se incrementa en 0,5 km/h. Los jugadores deben recorrer esos 20 metros antes de la señal sonora. Si el deportista no es capaz de llegar antes del pitido en dos ocasiones, el test se da por finalizado.