Entró a la cancha un poco antes que el equipo, unos 5 minutos antes. Acompañado por sus hermanos y la seguridad canalla, la gente lo vio salir desde la boca del túnel todavía un poco incrédula. "¿Es él?Lo hacía un poco más grandote", se escuchó en la platea. Aun no les sonaba familiar esa figura morruda de un metro setenta, de civil, ingresar al estadio que varias veces lo tuvo en la vereda de enfrente vestido de xeneize.
Tevez cruzó la cancha a paso lento, como pasando el scanner, como dijo en la previa. Llegó al limite del campo y levantó la mano devolviendo los primeros gestos de afecto y se perdió debajo de la lona del banco de suplentes. Los plateistas lo recibieron con optimismo. Puños en alto y muestras de cariño. Lo fue a buscar Gorosito para un abrazo y lo apretujó Soldano recordando noches gloriosas en La Boca.
La mayoría de las indicaciones fueron para Lucas Gamba: que vuelva con uno de los dos 5, que ayude en el retroceso, que vaya y venga, que no pierda la segunda pelota. A los 10 del complemento lo sacó. No hubo amnistía aunque fuera su cumpleaños.
Tácticamente vio lo que vimos todos en la cancha. Puso a Buonanotte y a Covea para que los centrales de Gimnasia perdieran referencia fija y para que ellos dos se asociaran. Pero después juegan los jugadores. Y a este Central le falta jerarquía. Solo la tiene Blanco en sus ataques. El resto casi nada.
Su equipo mostró algo más de orden que en las administraciones que lo antecedieron. Disputó un partido parejo y tuvo sus chances. Pero cuando el azar te da la espalda, no hay manera. Como en el cierre de Piris debajo del arco, que mandó milagrosamente al corner. O la del travesaño en el centro de Blanco. Y si te llegan una vez, el final ya está escrito.
Su debut terminó con silbidos para el equipo y teniendo que aclarar en la conferencia que el responsable es él. El manejo sobre la conformación de su cuerpo técnico fue desprolijo y la prensa se lo volvió a recordar: "Déjense de joven con el Chapa o con mi hermano. Acá Tevez es la cabeza de grupo" dijo.
Del análisis profundo, del scanner, pasó a confirmar que llegarán refuerzos y Malcorra será el primero de ellos. De la voz conciliadora del primer encuentro a los primeros chispazos. Del idilio a la cruel realidad de un equipo que carece de muchas cosas. Ya no hay vuelta atrás, pasó el debut y empezó su carrera como entrenador. Tevez empieza de nuevo y lo hace en un ambiente hostil. Nada que no conozca, pero debe volver a dar pelea.