El sábado se termina la era Lequi al frente del primer equipo. Matías asumió como interino tras la repentina salida de Miguel Russo, que se dio el pasado 2 de agosto. Fueron apenas tres meses de altibajos, grandes alegrías y algunas frustraciones.
El ex defensor Canalla y del Atlético de Madrid subió desde la Reserva, luego de la derrota del equipo de Miguel ante Unión y Huracán por el torneo local y en la antesala del clásico y de la serie de Copa Sudamericana ante Fortaleza.
El arranque de la era Lequi fue auspicioso: una victoria ante Gimnasia en La Plata y el triunfo ante Newell's que ponía al reciente ciclo sobre ruedas. Luego, la cosa se complicó empate en casa ante Fortaleza y eliminación en Brasil, con derrota ante Independiente en el medio por el torneo local.
El equipo pareció recuperarse con una buena victoria en casa ante Atlético Tucumán, que si ganaba se trepaba a la punta del torneo. De todos modos, el rendimiento no fue bueno. A continuación aparecieron los goles tempraneros por desatención ante Boca y Talleres, y una derrota ante Platense, que propició aquella reunión de la comisión directiva, el cuerpo técnico y los referentes en la sede, para poner las ideas en orden.
La victoria contundente al puntero del certamen, Vélez, pareció poner las cosas en su lugar. Pero no duraría demasiado, tras ello se acumularon seis partidos sin victorias hasta el reciente empate en Mendoza ante Independiente Rivadavia.
En total, Lequi dirigió 15 partidos: ganó 4 partidos, 5 empates y 6 derrotas. En el final de su estadía le dio prioridad a algunos juveniles como Gaspar Duarte, Samuel Beltrán y Santiago Segovia. El sábado será su última vez, al menos en esta etapa, el tiempo dirá si hay revancha.