A pocas horas de la final de la Copa del Mundo Qatar 2022, la FIFA planea invitar a todos los campeones del mundo de las selecciones de Argentina y Francia para que vean en el partido decisivo. De todos modos, hubo un argentino que se negó. Se trata del “Rana” Daniel Valencia, campeón en 1978. Su hijo hizo público el mensaje del ex futbolista cordobés y sorprendió a todos: “Hijo, yo ya gané. Me emociona que pueda volver a pasar con ustedes a mi lado”.
El hijo del Rana, publicó un hilo de Twitter en el que cuenta toda la secuencia: “La situación es más o menos así”, explica.
“Desde que tengo uso de memoria veo los partidos con mi viejo. Todos los partidos con mi viejo. Uno de los dos se encarga de preparar el mate unos 15 minutos antes de cada partido y el otro se va a comprar unos criollitos o galletas (dependiendo la hora)”, inició su relato.
“Hemos visto desde algún Regional hasta Champions sin escala. Los domingos son tan lindos porque arrancamos temprano y -encima- en el medio clavamos un asado. Nunca importó mucho el partido, es cierto. Pero cuando este era un poco más importante, ya la situación cambiaba”, siguió el hijo del Rana.
Su respuesta fue que agradecía la invitación pero que no podía asistir porque tenía un compromiso. No puedo explicar mi enojo, es el lugar en el que todos quisiéramos estar. Claramente se lo reclame pic.twitter.com/jMsVmTR5Mt
— Dani Valencia (@DaniValenciaJr) December 14, 2022
“El fútbol para nosotros siempre fue un juego, y los estudiosos y dibujadores de pizarrones y fichitas siempre nos han sido esquivos. No porque los ignoremos, en absoluto. Pero si trata de disfrutar el juego como tal, en esencia, tratamos de fijarnos en otras cosas”.
“Por todo esto es que los mundiales son especiales, no solamente por todo lo que implican, sino también porque nos permiten disfrutar de los mejores del mundo durante todo el día. Nos faltan termos para todo el mate que tomamos y en casa no se habla de otra cosa”.
“Ayer el destino, la vida y Messi quisieron que volvamos a jugar otra final del mundo. Es la segunda que vivo. Nací en el 1994, así que la primera vez que jugamos una final de un mundial en mi retina, fue en el 2014. Sin un desenlace feliz”.
"Esta mañana le llegó a papá una invitación de la FIFA. Invitado de honor para presenciar la final del mundial. Yo - claramente - escandalizado, por poco haciéndole el bolso y llevándolo al aeropuerto. Lo que ocurriría sería algo mucho más digno de él".
“Su respuesta fue que agradecía la invitación, pero que no podía asistir porque tenía un compromiso. No puedo explicar mi enojo, es el lugar en el que todos quisiéramos estar. Claramente, se lo reclamé”.
“Y ahí entendí y me terminó de cerrar todo. La Rana que no quiso quedarse a festejar el mundial que ganó para ir a darle un abrazo a su madre, decidió no ir a Qatar porque es el tipo con el corazón más noble que conocí en la vida. Así que ya voy preparando el mate para el domingo”.