Un lugar: el Gigante de Arroyito. Un objetivo: celebrar junto al plantel de Rosario Central Campeón, la obtención de la Copa Argentina 2018. No hizo falta más para convocar a miles de hinchas que en pocas horas agotaron las entradas y colmaron las tribunas. Una sola bandera. Un solo grito: ¡Canalla yo soy!
“Somos la ciudad, la alegría, el carnaval”
Alrededor de las 19 de este domingo, el Gigante lucía repleto y el clima, lejos de las tensiones habituales, en la previa de los partidos, era el de una fiesta familiar. Una celebración anhelada y deseada como ninguna, a la que se sumaron todas las generaciones y todas las edades. Padres y abuelos que vivieron las glorias de otras épocas; hijos y nietos que aún no habían tenido la oportunidad de gritar “Central Campeón” y hasta bebés de brazos que nacieron en este 2018, cuando el equipo de Primera División, logró un título después de 23 años. Todos con sus camisetas y sus gorros, poniéndole color y calor a la tarde rosarina.
Mientras por la pantalla desfilaban los goles centralistas durante todas las instancias de su clasificación, hasta el último penal convertido por Matías Caruzzo en el partido final frente a Gimnasia y Esgrima de La Plata, en el escenario ubicado en el medio del campo de juego, La Descontrolada, el Grupo Cali y Vilma Palma e Vampiros fueron los encargados de la pachanga, que terminó en marcha centralista. Detrás de Mario “Pájaro” Gómez dirigiendo la batuta, se enfiló el multitudinario coro de hinchas que rugieron al unísono: “Rosario Central, forjador de campeones”.
El animador invitó a la comisión directiva a subir al escenario. Hubo agradecimientos y un reconocimiento especial a la hinchada, por parte del vicepresidente primero Ricardo Carloni quien mirando a las tribunas, afirmó: “Esto también lo hicieron ustedes”, mientras que el presidente Rodolfo Di Pollina pidió un aplauso para Sergio, el hincha canalla que murió mientras hacía la fila para ingresar al estadio mendocino Malvinas Argentinas donde se jugó la final.
“Vení, vení, cantá conmigo…”
Y la gente quería ver a los protagonistas del triunfo, los que “de la mano del Patón Bauza”, conquistaron la Copa Argentina. Y empezaron a salir del túnel uno tras otro, con sus hijos e hijas de la mano o en brazos, bajo una lluvia de aplausos y fuegos artificiales.
Entonces fue el turno del capitán Marco Ruben, quien visiblemente emocionado, mencionó las tres finales perdidas y subrayó la importancia de “levantarse y seguir luchando siempre”. Resaltó la labor del técnico Edgardo Bauza y dedicó el logro obtenido a “un ángel que está en el cielo, Don Ángel Zof”.
Ruben: Se lo dedicamos a un ángel que está en el cielo, Don Ángel Zof.
También tomaron la palabra: Matías Caruzzo que agradeció el acompañamiento a la hinchada; Germán Herrera que puntualizó cuánto buscaron el título hasta conseguirlo y el arquero Jeremías Ledesma, quien invitó a todos a disfrutar de la fiesta”.
Ovacionado y feliz, con la Copa Argentina en la mano, el Patón Bauza habló de los sueños logrados gracias a “los verdaderos artífices del triunfo, que son los jugadores” y llamó a seguir trabajando para que Central esté donde tiene que estar para seguir siendo Campeones”.
También tuvieron su reconocimiento, los integrantes del cuerpo técnico y médico que asisten al equipo.
“Porque este año desde Arroyito, salió el nuevo Campeón”
Los campeones bajaron del escenario y dieron la tan esperada vuelta olímpica, sobre una alfombra de papelitos azules y amarillos, con miles de teléfonos celulares retratando ese momento histórico.
Y se desató un torbellino de emociones. Risas de felicidad y lágrimas al ver pasar al equipo que logró hacer realidad el sueño esquivo de la Copa Argentina, la misma que se escapó tres veces. Una de ellas –en 2015, con Boca Juniors– en circunstancias que algunos hinchas aún hoy recordaban con dolor, como “el robo futbolístico del siglo”.
“Central ya salió campeón”
Se encendieron a pleno las luces de las cuatro torres e hicieron su aparición los históricos: Aldo Poy, Cristian Daniele, Fernando Lanzidei, Claudio Scalise, Omar Palma, Sergio Protti, Horacio Carbonari, Roberto Gasparini, José Chamot, Alfredo Killer, Diego Ordóñez, Cristian Colusso, Marcelo Toscanelli, Mauro Cetto, Cristian González, Germán Rivarola, Hernán Castellano y José Luis Rodríguez (el Puma) quien dijo emocionado en el micrófono: “La ciudad está en orden. Ganó Central”.
Y tras el puntapié inicial dado por Poy, celebraron un mini amistoso vistiendo la camiseta titular, mientras que los flamantes campeones lucieron la alternativa. Terminaron empatados y la capitana del equipo femenino de Central, Virginia Gómez, anotó para los históricos y se llevó los aplausos.
El armoniquista Franco Luciani cerró la velada con la Marcha de Central y los hinchas que para entonces conservaban algo de voz, lo acompañaron poniéndole letra y sentimiento.
Ya en la calle, con la satisfacción de una noche plena y el alivio de la Copa conquistada que cortó la racha, un padre ultra canalla llevaba en andas a su hija. Ambos cantaban felices, de regreso a casa: “Vamos la acadé, vamos la acadé”.
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