Luego de que Kylian Mbappé –con doblete a los 35 y 36 minutos del segundo tiempo– le arrebatara el festejo en tiempo reglamentario a la Argentina, que vencía a Francia primero por 2-0 y luego 2-1, las caras de hinchas rosarinos se vistieron de desazón.
Hubo hasta quien ensayó cuernitos para cortar el embate francés frente a la scaloneta. También hubo rezos.
Pasa que el equipo de Lionel Scaloni había sido superior a su rival hasta el momento de descuento y la frustración se vivió también en bares de la ciudad.