“Sustituir a un piloto a mitad de temporada no es una decisión que hayamos tomado a la ligera, pero creemos que esto da a Williams la mejor oportunidad de competir por los puntos en lo que queda de temporada”, explicaba a fines de agosto James Vowles, el jefe de equipo de la escudería inglesa.

Allí empezaba la aventura de Franco Colapinto en la categoría, una carrera meteórica que rápidamente lo ubicó, supuestamente, entre los preferidos del público y pretendido, también supuestamente, por varias escuderías.

La excitación típicamente criolla llegó a hacer creer que Red Bull, ni más ni menos, le pagaría a Williams 20 millones de dólares por los servicios del pilarense en reemplazo del experimentadísimo Checo Pérez, que además tiene una cláusula de rescisión altísima, ya que su vínculo con la marca austríaca termina a fines del año próximo.

“Acabamos de introducir una gran mejora en el coche y necesitamos maximizar todas las oportunidades de puntuar en una batalla en el centro del campo muy reñida. También creemos en la inversión en nuestros jóvenes pilotos en la Williams Racing Driver Academy, y Franco está teniendo una oportunidad fantástica para demostrar de lo que es capaz en las últimas nueve rondas de la temporada”, dijo Vowles aquella vez mientras despedía de la forma más cordial posible al estadounidense Logan Sargeant, un rompedor serial de chasis y coleccionista compulsivo de despistes. Un flojísimo piloto para la Fórmula Uno, a la altura de Lance Stroll.

Hasta ahí la realidad, lo concreto. Nueve carreras para Franco, que mañana correrá la última y después la butaca quedará para el español Carlos Sáinz.

El piloto argentino fue de más a menos en su derrotero bautismal en la máxima categoría y todas las versiones fueron y vinieron sin parar. Desde disparates hasta mentiras piadosas y algunas creíbles.

El punto culminante de excitación mediática llegó con el Gran Premio de Azerbaiyán, donde Franco terminó octavo y sumó 4 puntos. Parecía que un nuevo fenómeno estaba al volante. Pero todo lleva su tiempo. Inexorablemente.

Salvo un cataclismo, Colapinto no arrancará 2025 como piloto titular de Fórmula Uno

Por ahora todo está como estaba previsto. Después de Abu Dhabi, Franco volverá a ser piloto de reserva de la escudería.
¿Y Red Bull? Negociará la continuidad de Checo Pérez a fin de año, aunque parece que el azteca no seguirá. Si lo hiciera, todo igual, si no, será reemplazado por Liam Lawson. Para evitar la indemnización, Checo seguiría ligado a la escudería desde otro lugar.

Y si el cambio se produjera, que es lo que parece que va a suceder, ¿qué pasaría con Racing Bull?

Ya lo explicó Christian Horner, el CEO de Red Bull y personaje por demás influyente en su satélite RB.

“Creo que siempre hay que estar atento al mercado en todos los equipos, pero tenemos fuerza y profundidad en el programa junior. Fue bueno ver a Isack Hadjar haciendo un buen trabajo en la Fórmula 2. Creo que hay medio punto entre los pilotos de cara a la última carrera en Abu Dhabi. Liam (Lawson) y Yuki (Tsunoda) están muy igualados en términos de ritmo. Así que, ya sabes, tenemos un establo completo de pilotos”. Clarito, ¿no? Pésima la traducción, pero clarito.

Hadjar, que este fin de semana definirá el título de la Fórmula 2 con el brasileño Gabriel Bortoleto, sería el compañero del japonés.

¿Y Alpine? Este fin de semana ya debutó Jack Doohan como compañero de Pierre Gasly en reemplazo de Esteban Ocon, que la temporada próxima correrá para Haas.

¿Y Sauber? La butaca que en algún momento parecía probable gracias a los rumores, quedó, como se había anticipado a mitad de año, para el brasileño Bortoleto.

Salvo un cataclismo, Colapinto no arrancará 2025 como piloto titular de Fórmula Uno.

¿Alguna vez estuvo cerca?

Probablemente no, pero esa es una respuesta que sólo conocen él y su círculo íntimo, que hizo todo lo posible para involucrarlo en la “Máxima” desde todos los recovecos habidos y por haber.

Ya trabajan para 2026, tiempo es lo que sobra.