Tras la participación de Iván Buhajeruk, conocido en el mundo streamer como Spreen, quien jugó unos segundos para Deportivo Riestra en su partido contra Vélez; se desató una tremenda polémica. Este movimiento, destinado a ser una estrategia de marketing para el club recientemente ascendido, derivó en múltiples declaraciones. Hasta Claudio “Chiqui” Tapia, presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), se pronunció al respecto.

“Cuando hay cosas que realmente no te gustan o no nos gustan, hay que corregirlas”. Asimismo, confirmó que el Tribunal de Ética y Disciplina de la AFA ya se encuentra investigando el incidente y mencionó que el club habría emitido un comunicado ofreciendo disculpas, aunque subrayó la necesidad de poner un límite a estas situaciones. “Sin dudas que son cosas que hay que corregir, porque no deben pasar”, sentenció durante su intervención en el Olé Sports Summit, organizado en La Usina del Arte.

Además, reflexionó sobre el impacto que este tipo de eventos puede tener en los valores formativos del fútbol argentino. Según el dirigente, este tipo de decisiones puede enviar mensajes confusos, especialmente a las categorías juveniles e infantiles, quienes a menudo sueñan con llegar a Primera División luego de años de esfuerzo en las divisiones inferiores.

"Muchos consumen lo que ven, que es la Primera, pero no transitan el día a día con las categorías formativas”, comentó Tapia, haciendo referencia a los sacrificios que deben hacer los jóvenes futbolistas para alcanzar la máxima categoría.

El mandatario del fútbol nacional enfatizó la importancia de la formación integral de los jugadores, no solo en lo futbolístico, sino también en lo académico y en el desarrollo personal. Señaló que la AFA exige que los jóvenes futbolistas se formen académicamente y tengan buenas calificaciones mientras sueñan con llegar a la Primera. “Nosotros les exigimos a los chicos en las categorías formativas que estudien, que se vayan formando como personas sin que dejen de soñar”, explicó.

Asimismo, Tapia reflexionó sobre el difícil momento que muchos jóvenes enfrentan alrededor de los 20 años, cuando sus aspiraciones de convertirse en profesionales están en la cuerda floja. “Cuando un chico empieza a jugar a los 12 años y llega a los 20 o 21 es el mejor momento o el más difícil. O te hacen un contrato o te encontrás sin la posibilidad de jugar en Primera”, declaró.