En la previa del duelo entre Rosario Central y Argentinos Juniors, partido que marcará el regreso de los hinchas al estadio tras un año y medio de ausencia, el escenario será diferente respecto de la última vez que los simpatizantes pisaron el estadio: en las últimas horas, quitaron parte del alambrado en las populares del Gigante de Arroyito.
A partir de ahora, no habrá nada que medie entre los protagonistas y los hinchas que ocupen esos espacios, sobre todo en los rincones del rectángulo de juego.
Solo quedó el tejido detrás de los arcos, que funcionan de "parapelotas", para que los disparos a los arcos no terminen todos en la tribuna. Y, además, para proteger a los arqueros de posibles agresiones, ya que tienen al público detrás durante los 90 minutos.
Sin embargo, lo llamativo es que en las esquinas, esas protecciones ya no estarán. De modo que el comportamiento de los hinchas, cuando los visitantes ejecuten los tiros de esquina, deberá ser contrario al que se observa a diario en todas las canchas del fútbol argentino para que evitar problemas.
Según las autoridades del club, es una suerte de paso inicial para luego quitar definitivamente el alambrado detrás de los arcos. Incluso, consultados respecto de la posibilidad de que los tejidos sean sustituidos por acrílicos u otro material similar (como ocurre en la Bombonera), la respuesta fue negativa.
Además, la dirigencia cumplió con el pedido del ministerio de Seguridad de Santa Fe, que había pedido borrar las pintadas que hacían mención a la barra de Rosario Central.
Lo que todavía no pudieron sacar, por una cuestión de tiempo, son los caños ubicados en la parte superior de la popular canalla, desde donde se colgaban las banderas y que solía ser plataforma para que algunos hinchas se treparan. Igualmente, indicaron que para el próximo partido de local, ya habrán sido removidos.