Desde el 2013, una arquitecta estadounidense, Jessica Johnson Moore, cuenta con su propia marca de ropa para chicos, Little Grey Line, la cual tiene una particularidad especial: usa como materia prima las camisas de los padres. 

Según comenta el sitio lanacion.com.ar, esta iniciativa surgió como un proyecto creativo que, además de tener un componente afectivo, posee una veta sustentable, al reutilizar diversas prendas.

Todo empezó cuando la profesional de Carolina del Norte quiso dejar de diseñar casas para pasar más tiempo con su hija de dos años. Casi como un juego, aprendió a coser a través de tutoriales y fue probando con la ropa que ya no le entraba. Después de un período de prueba y error, comenzó a utilizar las camisas que su marido no usaba pero que las guardaba por el valor sentimental. 

Tras confeccionar el primer vestido para su niña, notó que la reacción de su esposo, al verla con algo que alguna vez le perteneció, fue muy especial y que a otras personas también podría gustarle.

Así fue que, en el 2013, Jessica vendió su primer diseño, dando lugar a la marca Little Grey Line, que al día de hoy continúa vigente con propuestas para niños, una línea de enteritos para bebes, cinturones y moños.