En el mundo de la decoración, el punto focal bien trabajado ayuda a que una habitación realmente sea aprovechada. No necesita de grandes cambios ni inversiones extremas, sino simplemente contar con buenas ideas para entender cómo organizar mejor el espacio y la atención en el mismo.
Tal como lo indica su nombre, la "regla del punto focal" en decoración habla de un elemento que capta la atención de forma inmediata cuando se ingresa a una determinada habitación. En principio, sería importante que cada ambiente cuente con un punto focal en particular.
El punto focal
No necesariamente se trata de algo muy grande u ostentoso, sino que, para que llame la atención, debe cumplir con algunas características. Si se desea contar con una visión holística e integral de la casa completa, cada punto focal de cada habitación debe remitir a un mismo estilo.
Por su parte, es importante entender el concepto de "punto" focal como un único objeto o diseño, ya que realizar varios puntos en una misma habitación puede generar confusión.
Otra cuestión a destacar es que puede remitir a una cuestión natural. Por ejemplo, un gran ventanal puede funcionar de esta forma. Otros puntos del estilo podrían ser un hogar a leña, una pared con ladrillos a la vista o algún elemento arquitectónico.
Los colores, el mobiliario y detalles decorativos, también pueden trabajarse para crear un punto focal. Los armarios y aparadores suelen ser buenos ejemplos para abordar en dormitorios o comedores. Lo mismo sucede con un gran sillón o sofá en un living; o una obra de arte de un tamaño considerable que incluso resalte con colores vibrantes dentro de un ambiente sobrio.