Cada 4 de marzo se celebra el Día Mundial del Malvavisco. Los también denominados Marshmallow son golosinas que simulan un trozo de nube colorido y suave. La etimología de la palabra proviene de la malva, una planta que se consigue en África del Norte, Asia y Europa, cuya savia solía utilizarse como espesante.
Esta golosina comenzó a fabricarse en Francia con el jugo de la malva, clara de huevo batida o merengue, y el aporte de agua de rosas. En aquel momento se denominó Pâte de guimeauve.
Hoy en día, otros ingredientes que se suman a las versiones más populares son el jarabe de maíz, la gelatina y el azúcar, además de colorantes para volverlos visualmente más atractivos y divertidos. De hecho, su versión comercial fue una innovación de fines del siglo XX y, desde el proceso patentado por Alex Doumak en 1948, suelen verse como cilindros rebozados en una mezcla de maicena y azúcar.
Receta para fabricar en casa
Ingredientes: 125 ml de agua tibia, 330 gramos de azúcar, 1 chaucha de vainilla, 3 cucharaditas de gelatina del sabor deseado, 125 ml de agua, 230 gramos de glucosa. Como cobertura, pueden agregarse 60 gramos de maicena y 240 gramos de azúcar impalpable.
Preparación: Colocar en bol el agua tibia y espolvorear por encima la gelatina. Reservar. Luego, colocar azúcar, glucosa y el agua extra en una cacerola a fuego bajo revolviendo de forma constante hasta disolver el azúcar. Llevar a hervor y controlar con termómetro que la temperatura llegue a 115 grados.
Batir la gelatina a máxima potencia y colocar el almíbar caliente en forma de hilo. Agregar el interior de la vainilla y batir por 7 minutos.
Llevar a frío en una placa con papel manteca por dos horas hasta solidificar. cortar en cubos del tamaño deseado y pasar por azúcar, espolvoreando con maicena. Conservar en heladera en recipiente hermético (tiene una duración de una semana).