Si bien los colores blancos y las tonalidades claras son de las opciones favoritas para que protagonicen los ambientes (por su sensación de calidez y amplitud), los tonos marrones y negros no dejaron de existir ni deberían convertirse en tabú.
En tal sentido, las y los expertos en el mundo de la decoración, potencian su uso en distintas formas y combinaciones para mejorar aun más los efectos deseados en los espacios elegidos.
Por qué y cómo usar estas combinaciones
-Delinean los mobiliarios y piezas, diferenciándolos del resto del espacio.
-Crean puntos focales diferentes.
-Son atemporales y, por ende, muy versátiles.
-Es recomendable utilizarlos en sitios concretos para generar un efecto visual sutil (un mueble, un cuadro, detalles de perfilería, elementos de iluminación, patas de muebles, tiradores, entre otros).