Muchas veces y a raíz de no saber cómo utilizar el maquillaje, querer tapar una línea o una arruga termina generando el efecto opuesto al deseado. A continuación, algunos tips para aplicar correctamente la base y que la piel realmente se vea lisa y natural.
- Limpiar y tonificar:
Siempre, lo más importante es realizar una buena limpieza previa al maquillaje. Esto se debe a que es necesario remover impurezas que puedan llegar a alterar la textura de la piel, balancear el pH y prevenir así la sequedad y tonos grises. Por otra parte, según el tipo de piel y recomendación de un dermatólogo o dermatóloga de confianza, será importante exfoliar cada 15 días.
- Humectar:
Una piel bien humectada hará que la expresión no se acentúe. Pueden utilizarse esencias, sueros faciales con propiedades acuosas y alguna crema con ceramidas y activos que protejan la barrera cutánea.
- Combinar el maquillaje con un hidratante:
Si la base posee efecto mate, aterciopelado o de larga duración, será importante colocar unas gotitas de suero o crema hidratante y, posteriormente, aplicar esa mezcla como maquillaje. Si el mismo se coloca con las manos, es importante hacerlo con "golpecitos" para que la base se fije sin marcarse (siempre y cuando se trate de una base líquida o en crema).
- No excederse:
Si existen arrugas, ningún producto en exceso quedará bien. Uno de los ejemplos es el corrector, que deberá colocarse en muy pequeñas cantidades en áreas estratégicas. Un tip importante es aplicar base y corrector con brocha/pincel y difuminar la misma con esponjas para que no se acumule maquillaje.
- Evitar maquillaje en polvo:
Al absorber la humedad y dar sensación de "piel seca", la zona de las arrugas comenzará a entrecortarse con el correr de las horas. Si no hay alternativa, elegir entre las opciones más finas y sueltas.
- Retirar excesos:
Con el paso de las horas, el maquillaje comenzará a asentarse en las líneas de expresión. Para ello, ir controlando y llevarse una esponja pequeña para ir absorbiendo el exceso de maquillaje que comience a florecer, volviendo a generar uniformidad en la piel.