El dormitorio con aroma agradable es garantía de un mejor descanso. Finalizar el día en un espacio que invite a quedarse en él, resulta clave para permanecer allí disfrutando de las horas que se pasen en dicho lugar.
Si bien rociar ambientadores es una solución momentánea, lo cierto es que el mantenimiento general del espacio será la clave para garantizar un espacio limpio y relajante. A continuación, seis trucos para lograrlo:
-Aromatizar armario y cajones
Para lograr una armonía total del espacio, la ropa debe estar fresca y libre de ácaros. Saquitos perfumados, perchitas con perfume o aromatizadores específicos para armarios y cajones son una gran solución por ayudar en la dispersión de fragancias suaves y duraderas.
-Cambiar las sábanas de forma regular
Se calcula que, en invierno, lo ideal es cambiar las sábanas cada 15 días. En verano, hacer lo propio con una frecuencia semanal. En cuanto al cubrecamas, tres semanas es una buena cantidad de tiempo para intercambiar con otra pieza similar. Por otra parte, se recomienda que, diariamente, exista un momento en donde queden ventilándose para limpiarse de los aromas y ácaros nocturnos, y luego sí volver a tender la cama.
-Eliminar polvo y gérmenes
La ropa de cama, cortinas y alfombras deben lavarse regularmente, a la vez que es ideal aspirar y desempolvar la habitación en general, quitando la suciedad contenida en muebles, electrodomésticos, y todo lo que forme parte del espacio. Deben utilizarse productos de limpieza adecuados para cada tipo de superficie, sobre todo en áreas que suelen descuidarse como la parte superior de un armario alto.
-Perfumar las almohadas
Rociar las almohadas antes de acostarse o tras tender la cama, es una opción ideal para que, llegado el momento de utilizarlas, las mismas desprendan una suave fragancia que invite a quedarse allí. Existen brumas específicas para almohadas, aunque puede utilizarse cualquier tipo de perfume para ropa. Se recomienda que el mismo sea de una fragancia agradable y no muy dulce para no resultar empalagosa.
-Utilizar difusores o velas perfumadas:
Las velas que de por sí están perfumadas, son grandes aliadas para tener en la habitación ya que emanan sus agradables aromas aún estando apagadas. A dicha opción, se le suman los difusores. Cualquiera de las dos opciones debe encontrarse en algún espacio no muy pegado a la cama para evitar empalagar con su aroma durante el descanso.
-Ventilación:
El aire estancado acumula partículas de polvo y humedad, fomentando la aparición de ácaros e incluso moho. Por eso es fundamental que la habitación cuente con ventanas que puedan abrirse al menos 15 o 30 minutos al día para ventilarse adecuadamente.