OpenAI, la empresa que durante el último año revolucionó la industria tecnológica gracias a sus avances en materia de Inteligencia Artificial (IA), con ChatGPT como producto estrella, decidió reincorporar a Sam Altman, que volvió a ser el CEO luego de que la junta directiva lo despidiera el viernes pasado sin dar mayores detalles sobre la decisión.
Altman había sido removido de su rol como director ejecutivo de la compañía por decisión de parte de los integrantes de la junta, que comunicaron que el desarrollador y empresario de 38 años no había sido "consistentemente sincero en sus comunicaciones".
Esto desató especulaciones sobre los motivos concretos por los cuales se llegó a esta situación, y la principal teoría apuntaba a un conflicto entre "aceleracionistas" o "seguristas" dentro de la empresa.
Esto implica que mientras algunos apuntaban a impulsar lo más rápido posible los avances y lanzamientos de sus productos y servicios basados en IA, otros sostenían que lo más prudente era poner límites y analizar los posibles riesgos que trae consigo una tecnología que ya ha impactado considerablemente en distintas industrias a través de, por ejemplo, la automatización.
Según ha trascendido, Altman tenía una mirada "aceleracionista" sobre lo que están haciendo en OpenAI.
Hace poco más de dos semanas, la empresa dio su primera conferencia para desarrolladores, un tipo de evento que se ha vuelto típico entre las firmas del sector que buscan promocionar sus lanzamientos. Esto indica que, dado el nivel de éxito que tuvieron durante el 2024, están buscando aumentar sus ganancias.
Esto va en contra del propósito original de la compañía, que nació con el fin de desarrollar una Inteligencia Artificial General (AGI, en inglés) que beneficie a toda la humanidad. Además, cada vez hay más debates sobre los riesgos que trae consigo el uso de estas herramientas.
El regreso de Altman como CEO
La decisión de despedir al director de OpenAI, que también propulsó la salida voluntaria del cofundador Greg Brockman, generó un gran malestar dentro de la empresa y despertó reclamos por parte de los empleados. Más de 710 de los 770 trabajadores se manifestaron para respaldar a Altman y pedir por su regreso.
Inlcuso se vio una jugada de Microsoft, que invirtió millones de dólares en la compañía de IA y en medio de esta situación convocó a Altman y a todos los miembros de OpenAI que quisieran sumarse para crear un "nuevo equipo de investigación avanzada en IA", que le permitiría retener a todos los talentos sin la necesidad de comprar la empresa.
Aunque en principio esto prosperó, durante las últimas horas quedó en la nada puesto que se confirmó el regreso de Altman a su puesto original.
"Me encanta OpenAI y todo lo que he hecho en los últimos días ha sido para mantener unido a este equipo y su misión. Cuando decidí unirme a Microsoft el domingo por la tarde, estaba claro que ese era el mejor camino para mí y el equipo. Con el apoyo de la nueva junta directiva y de Satya –CEO de Microsoft–, espero volver a OpenAI y aprovechar nuestra sólida asociación con Microsoft", escribió en la red social X luego de que se conociera la noticia.
Más allá de que haya vuelto, el CEO ahora deberá liderar una empresa en la que esta crisis seguro motivará cambios sobre su visión y modificaciones en el board de directivos.