Microsoft está trabajando en el desarrollo de una Inteligencia Artificial (IA) para tratar la depresión, según se desprende de una solicitud presentada por la compañía para patentar una aplicación similar a ChatGPT orientada a ofrecer tratamiento terapéutico.
"El chatbot de inteligencia artificial (IA) se está volviendo cada vez más popular y se aplica en un número cada vez mayor de escenarios", sostienen desde la empresa en el documento que fue presentado en Estados Unidos el siete de noviembre.
Según la compañía, que invirtió miles de millones de dólares en OpenAI, desarrolladores de ChatGPT, lo que buscan con este nuevo producto es crear una especie de terapeuta artificial que brinde "atención emocional" a través de una conversación simulada en la que los usuarios puedan usar texto, voz e imágenes.
Al igual que ChatGPT, esta aplicación contaría con una ventana de chat, un módulo de procesamiento y una base de datos de respuestas que le permitirían realizar pruebas psicológicas explícitas mediante preguntas y el monitoreo de lo que conteste cada "paciente".
El terapeuta artificial, explicaron, evaluará a los usuarios usando un "algoritmo de puntuación predefinido por psicólogos o expertos en dominios psicológicos". En algunos casos, el chatbot podrá hacer sugerencias sobre cómo abordar algunos problemas.
Microsoft plantea el ejemplo de una conversación hipotética en la que una persona dice que se "siente mal" y la IA le pregunta por qué. Cuando el usuario explica que tiene problemas con la familia y que eso le genera cansancio, el chatbot le recomienda salir a "correr 30 minutos para refrescarse".
La aplicación permitiría construir una "memoria" del usuario, tanto a partir de sus respuestas como de las "señales" que el sistema obtenga de las imágenes provistas.
Repuestas sesgadas y riesgosas
Microsoft no es la primera firma tecnológica que propone un chatbot con este propósito. Apple, por su parte, estaría trabajando en un servicio de salud y bienestar basado en IA que, entre otras funciones, podría detectar emociones. El proyecto, llamado Quartz, incentivaría a los usuarios a mejorar sus hábitos alimenticios, ejercitarse y brindaría recomendaciones para dormir mejor.
Lo cierto es que, actualmente, este tipo de iniciativas generan preocupación entre especialistas. Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS), por ejemplo, advirtieron en mayo pasado que es riesgoso aplicar el uso de chatbots para atención médica. Desde el organismo explicaron entonces que los datos usados para entrenar estos modelos pueden estar "sesgados" y que sus respuestas pueden ser engañosas e incluso peligrosas para los pacientes.