La India se convirtió en el cuarto país del mundo en aterrizar exitosamente una nave sobre la Luna este miércoles, gracias a la misión de su rover Chandrayaan-3, que además le permitió al país asiático ser el primero en llegar al polo sur del satélite terrestre.
Apenas unas horas después del alunizaje de Pragyan, el vehículo robótico de la misión espacial, la Organización de Investigación Espacial de la India (Isro), compartió las primeras imágenes tomadas desde este territorio nunca antes visitado.
Se espera que la misión, que tuvo su lanzamiento hace más de un mes y tiene un costo estimado de 75 millones de dólares, dure unas dos semanas.
Vikram, el módulo de aterrizaje, mostró en las fotos el terreno sin rocas ni cráteres que facilitó el aterrizaje. Un primer grupo de cuatro imágenes fueron capturadas por la cámara de velocidad horizontal del dispositivo cuando se acercaba a la superficie. En una siguiente publicación, la agencia mostró una imagen donde se ven las patas de la nave y su sombra, capturada por la cámara Landing Imager.
"Chandrayaan-3 eligió una región relativamente plana en la superficie lunar", informó la agencia espacial en una publicación en la red social X.
Pragyan es un pequeño dispositivo de seis ruedas, un metro de largo y unos 26 kilos de peso que puede viajar hasta 500 metros desde donde está el módulo de aterrizaje. Se trata de una misión no tripulada. Anteriormente, solo Estados Unidos, China y Rusia habían logrado aterrizar una nave espacial en la superficie lunar.
El objetivo de la India en el polo sur de la Luna
El vehículo robótico está equipado con varios instrumentos que le permitirán tomar medidas de conductividad térmica y temperatura. También cuenta con dos sondas: una para medir la densidad del plasma y otra que es capaz de analizar la actividad sísmica.
Los científicos creen que este lado de la Luna podría contener reservas de agua congelada, material que permitiría, en teoría, producir oxígeno para futuras bases lunares tripuladas.
También se podría extraer hidrógeno y oxígeno para fabricar combustible para cohetes, con lo cual podría convertirse en una estación de servicio para, por ejemplo, impulsar futuras misiones a Marte.
Es por estos motivos que las agencias espaciales de Estados Unidos y China ya están planificando misiones tripuladas hacia el polo sur de la Luna. Los estadounidenses esperan lograrlo en 2025 y los chinos estiman llegar en 2030.
A su vez, estos países también están interesados en la presencia de otros minerales, como el hierro, silicio y magnesio, que podría representar el inicio de toda una nueva industria basada en la minería lunar.