Si bien la pandemia y el aislamiento, demoraron su puesta en práctica, desde hace un año, el Sanatorio Británico implementó “la sala de neonatología de puertas abiertas”. Ante el requerimiento de Rosario3.com, la doctora Mariel Martín, a cargo de la Unidad de Neonatología del Sanatorio Británico, explicaba: “es un concepto que se corresponde con la humanización de la medicina. Lo que se pone en práctica es que los papás puedan acceder libremente, durante las 24 horas del día, a la sala de neonatología por medio de una tarjeta magnética que obra solamente en poder de ellos, quienes llevan, además, una pulsera de identificación durante todo el período que dure la internación de sus hijos. El principal motivo es que, de este modo, los papás se integren el tratamiento de sus hijos.

Lo primero que tuvimos presente fueron las medidas de seguridad, las que se deben ser respetadas rigurosamente, por parte de los padres. Con este sistema, los padres superan a la visita tradicional que hacían a sus hijos internados. Logramos que los papás puedan estar presentes a toda hora del día, con lo cual participan de los tratamientos y demás cuidados que se les brinda a sus hijos. Pueden asistir, conteniendo a sus hijos, en la colocación de una vía, por ejemplo. Ocuparse de asistir a sus hijos en las medidas de cuidado e higiene, como el cambios de pañales, tal como lo harían en sus casas.

Para nosotros ha sido una experiencia enriquecedora, pero sobre todo, favorecedora. La presencia de los padres en neonatología en diferentes momentos del día, impacta favorable y positivamente en la recuperación de los bebés y en su desarrollo. Ningún niño puede tener una buena recuperación si no está acompañado por sus padres. Estar en todo momento significa también estar presentes en este tránsito que, tanto niños como papás deben sortear; durante los mismos se superan momentos difíciles, y esa presencia y ese contacto se convierten en una piedra angular en la recuperación y desarrollo del neonato.

Los bebés que están en neonatología son bebés que han nacido antes de tiempo y se ven expuestos al ambiente que los rodea, un medio que les resulta hostil, y qué mejor acompañamiento podemos brindarles a esos niños que el estar en brazo de sus padres.

Nosotros estamos formados en una escuela que fomenta el contacto “de piel a piel”. Los padres, aun en los bebés que están graves, colocan a sus hijos en contacto con su piel, la que le brinda la temperatura, el olor particular, escuchando sus voces que comenzarán a ser reconocidas como esa música del acompañamiento amoroso y familiar. Mamá, papá, los depositarios de brindar cariño y apego seguro, imprescindible para la recuperación y el desarrollo de los primeros y fundantes momentos de las vidas de los bebés para que puedan superar las dificultades por las que están atravesando.

No fue sencillo tomar la decisión de instrumentar este sistema, pero una vez que pudimos disolver nuestras dudas primeras, hemos comprobado que, en este año de la instrumentación, tomamos el camino correcto. Seguridad y evolución del desarrollo del bebé fueron tópicos que discutimos mucho dentro del grupo de trabajo que conformamos médicos, enfermeras, mucamas y personal de seguridad. Evaluamos cuidadosamente, seguridad, recuperación y bienestar. Si bien tuvimos dudas y miedos, las fuimos disipando; pensamos, por ejemplo, en la presencia de los padres en momentos tensos, y nos llevamos una gran sorpresa al comprobar que los padres están siempre dispuestos a colaborar con los profesionales y personal de servicio. Comprobamos y evidenciamos lo positivo que resulta este sistema en la recuperación de los bebés. Creemos que se ha comprendido este paso como uno más en busca de la humanización de la atención de la medicina, en la que el paciente deja de ser un número, o un ocupante de una cama, o el portador de una enfermedad, y se nos presenta como un ser que necesita ser comprendido y no solo asistido; ayudado y acompañado, además.

En el Sanatorio trabajamos con una Maternidad que atiende 1600 partos anuales y muchos  embarazos  son de alto riesgo, como embarazos múltiples y bebés que nacen antes de tiempo, por lo que, en nuestra sala de Neonatología tenemos entre 8 y 10 camas ocupadas por día.

Estadísticamente hay un 10% de nacidos que requerirán internación en Neonatología.

De cada niño que se va de alta nos quedan comentarios positivos sobre qué les pareció la experiencia que han vivido dentro de este sistema; y notamos que, sobre todo a los padres, “la sala de neonatología de puertas abiertas”, les genera seguridad, ya que pueden ver cómo se trabaja con sus hijos a cualquier hora del día.

*Mariel Martín, directora médica y Jefa de la Unidad de Neonatología del Sanatorio Británico. Matrícula 13268