Desde la Facultad de Odontología de la Universidad de Buenos Aires (UBA), informaron que se encuentran desarrollando una novedosa investigación para tratar caries sin producir molestias al paciente. Esto surgió a partir de que el temor al dolor en los tratamientos suele ser una de las principales barreras para no acceder a los mismos.
“Cuando hablamos de tratar las lesiones de caries, hacemos referencia a remover parte del tejido que está afectado para luego continuar con la restauración de la lesión. Es decir, devolverle al diente la forma que tenía previamente”, indicaron.
Y añadieron: “Tradicionalmente, cuando un paciente va a un consultorio a hacerse atender por esta afección, el profesional utiliza un instrumento que funciona a alta velocidad, comúnmente llamado torno, el cual permite remover cierta cantidad de tejido que está afectado por ese proceso de caries. A medida que la caries se ubica más en profundidad, hay que utilizar más a fondo dicho instrumental”.
Este actual proceso es el más utilizado, pero tiene una serie de desventajas como el costo de la intervención, el posible compromiso de los tejidos, que a veces se pueden remover de más, hasta el dolor que muchas veces le genera al paciente. Por este motivo, se decidió comenzar a explorar el uso de terapias químicas, es decir, agentes que permiten remover caries por medio de algunas soluciones.
A través de este novedoso tratamiento solo se removerá los tejidos afectados por medio de una enzima que se extrae de la papaya. Gracias a la producción de dicha “aglomeración” lograron un doble beneficio. Por un lado, la papaína se vuelve más activa, es decir, remueve mayor cantidad de estas estructuras y tejidos comprometidos.
Por otra parte, no se difunda al nervio ni a las estructuras internas de la pieza dentaria, lo que evita los efectos colaterales y no deseados que tenían los productos anteriores, como por ejemplo la eliminación del dolor que siente el paciente. De esta manera, se logra el efecto enzimático deseado, que es la degradación de la parte comprometida. La investigación se encuentra en pleno desarrollo y se espera que a finales del año próximo ya se esté utilizando en pacientes.
Fuente: NA.