La resistencia a los antibióticos es una de las mayores amenazas par la salud, la seguridad alimentaria y el desarrollo, según detalló la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esto puede afectar a cualquier persona, indistintamente de su edad o lugar de residencia. En este aspecto, el uso indebido de antibióticos en humanos y animales denota cada vez un mayor riesgo.

Los antibióticos se utilizan para prevenir y tratar infecciones bacterianas. Con el tiempo, estos microorganismos mutan en respuesta al uso de los medicamentos y se vuelven resistentes a ellos, por lo que causan padecimientos más difíciles de tratar. Por este motivo es que, desde la medicina, los utilizan como último recurso, también por las alteraciones que generan en el microbioma intestinal volviendo al organismo más vulnerable a otras infecciones.

Como contracara, Nature publicó un estudio liderado por un investigador de la Universidad de Illinois (Estados Unidos) en donde se postula un nuevo antibiótico con capacidad de reducir o eliminar las infecciones bacterianas farmacorresistentes en modelos de ratón con neumonía aguda y sepsis, a la vez que preserva los microbios sanos del intestino. Es decir, actúa diferente a lo que sucede con los antibióticos tradicionales.

Lolamicina

El fármaco se denomina "Lolamicina" y evitó, también, contagios secundarios por una infección bacteriana hospitalaria común y peligrosa llamada Clostridioides Difficile. Además, fue eficaz contra 130 cepas bacterianas multirresistentes en cultivos celulares.

El equipo de investigación se centró en un conjunto de fármacos desarrollados por la empresa farmacéutica AstraZeneca. Se inhibe así el sistema Lol, encargado de transportar lipoproteínas de las bacterias gramnegativas (con doble capa de protección), genéticamente diferente en microbios patógenos y beneficiosos. Estos medicamentos no eran eficaces contra infecciones por gramnegativos salvo que se mine anteriormente primero a las defensas bacterianas clave en el laboratorio.

“Sin embargo, como estos antibióticos parecían discriminar entre bacterias gramnegativas beneficiosas y patógenas en experimentos de cultivo celular, eran candidatos prometedores para una exploración más a fondo”, subrayaron.

Tras algunos experimentos, se diseñaron variaciones estructurales de los inhibidores de Lol y se evaluó su potencial para combatir bacterias gramnegativas y grampositivas en cultivos celulares. Así, la Lolamicina se dirigió selectivamente contra algunas cepas de laboratorio de patógenos gramnegativos como Escherichia coli, Klebsiella pneumoniae y Enterobacter cloacae.

La lolamicina no tuvo efectos detectables sobre las bacterias grampositivas en cultivo celular pero, en dosis altas, mató hasta el 90% de las cepas clínicas de esas tres especies (E. coli, K. pneumoniae y E. cloacae) resistentes a múltiples fármacos.

Tras administrarse por vía oral a ratones con septicemia o neumonía farmacorresistente, la lolamicina rescató al 100% de los ratones con la primera y al 70% de los que tenían la segunda.

Mejorar la resistencia a los antibióticos

El equipo descubrió que el tratamiento con los antibióticos estándar amoxicilina y clindamicina provocaba cambios drásticos en la estructura general de las poblaciones bacterianas del intestino de los ratones, disminuyendo la abundancia de varios grupos microbianos beneficiosos.

“Por el contrario, la lolamicina no provocó cambios drásticos en la composición taxonómica durante los tres días de tratamiento, ni en los 28 días siguientes de recuperación”, manifestaron los científicos.

En este aspecto, el antibiótico ataca a una diana diferente de todos los compuestos aprobados y, en los experimentos llevados a cabo, mató incluso a bacterias multirresistentes. Aún resta que, tanto este compuesto como este enfoque, se evalúen en ensayos clínicos con humanos, más cepas bacterianas y se realicen más estudios toxicológicos detallados.

Fuente: SINC.