Un equipo de científicos proveniente del Instituto Weizmann de Ciencias (Israel), demostró que el acetato de glatiramero, un fámarco usado habitualmente para tratar esclerosis múltiple, repara el daño cardíaco tras un infarto o una insuficiencia cardíaca. Los experimentos fueron realizados exitosamente en ratas y ratones y los resultados se publicaron en Nature Cardiovascular Research.
La insuficiencia cardíaca es una de las principales causas de morbilidad y mortalidad en el mundo y, estudios anteriores, hicieron foco en el rol clave del sistema inmunitario en lesiones del corazón. Por otra parte, se sabe que si bien los tratamientos redujeron las tasas de mortalidad, el desarrollo de nuevos compuestos y tratamientos es costoso, por lo que se propuso reutilizar fármacos como una solución alternativa.
Reutilizar fármacos
A modo exploratorio respecto de esta posibilidad, el grupo de investigadores buscó revisar los efectos de Copaxone, el nombre comercial de este medicamento, en un modelo de infarto de miocardio en ratones así como en un modelo de inuficiencia cardíaca en ratas.
Como resultado, los ratones tratados con una inyección abdominal diaria exhibieron una mejora de la función cardíaca y reducción del área cicatricial. El fármaco protegió a las células musculares cardíacas, conocidas como cardiomiocitos, de la muerte celular inducida por la restricción de sangre, redujo la cicatrización y potenció la formación de nuevos vasos sanguíneos.
En cuanto a las ratas con insuficiencia cardíaca, el acetato de glatiramero mejoró la capacidad de bombeo del corazón y ralentizó la acumulación de tejido cicatricial característica de la fibrosis intersticial, una enfermedad pulmonar que puede provocar fallos en el sistema respiratorio.
Las conclusiones
Según los resultados obtenidos, los investigadores sostienen que este compuesto podría entonces reutilizarse como fármaco para tratar lesiones cardíacas. Sin embargo, se necesitan más estudios y ensayos clínicos para confirmar estos resultados.
A la luz de los “prometedores” resultados de laboratorio, los autores se unieron para realizar un ensayo clínico de fase 2 que examinara la eficacia de las inyecciones subcutáneas de Copaxone en pacientes con insuficiencia cardíaca. Los resultados de este ensayo aún no se han publicado, pero se espera que muestren una rápida mejoría de los marcadores tanto de inflamación como de daño cardíaco, como apunta un comunicado del Weizmann.
“Como la patente de Copaxone ha caducado, nos resulta difícil encontrar socios en la industria farmacéutica para continuar esta investigación”, afirmaron. Y concluyeron: “Aún así, reutilizar un fármaco existente para un nuevo uso es rápido y barato en comparación con desarrollar un fármaco nuevo, y esperamos que algún donante u organización recoja el guante”.
Fuente: SINC.