Del 1 al 7 de agosto se conmemora la Semana Mundial de la Lactancia Materna. Con el lema “Cerrar la brecha, apoyo a la lactancia materna para todos”, se subraya la importancia de trabajar en unidad para superar las desigualdades y asegurar que todas las madres y bebés, independientemente de su contexto socioeconómico, geográfico o cultural, puedan disfrutar de los beneficios de la lactancia materna.
En este aspecto, desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF, se lanzó un reclamo especial de apoyo a esta práctica en forma equitativa. “En los últimos 12 años, el número de lactantes menores de seis meses alimentados exclusivamente con leche materna ha aumentado en más de un 10% en todo el mundo, lo que sitúa en el 48% la tasa de lactantes que gozan de este saludable comienzo de vida a nivel mundial. Esto significa que cientos de miles de bebés son capaces de sobrevivir gracias a la lactancia materna", sostuvieron.
Lactancia materna: sus beneficios
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud cuenta con su meta de aumentar la tasa de lactancia materna exclusiva hasta al menos el 50% para 2025, pero aún existen dificultades persistentes que hay que resolver.
Cuando las madres reciben el apoyo que necesitan para amamantar a sus bebés, todo el mundo se beneficia. Según los últimos datos disponibles, mejorar las tasas de lactancia materna podría salvarle la vida a más de 820.000 niños y niñas al año.
Durante este periodo crítico de crecimiento y desarrollo en la primera infancia, los anticuerpos de la leche materna protegen a los bebés contra las enfermedades y la muerte. Todo esto es especialmente importante en situaciones de emergencia, en las que, de hecho, la lactancia materna garantiza una fuente de alimento seguro, nutritivo y accesible para lactantes y niños y niñas pequeños. Esta práctica reduce además la carga de las enfermedades infantiles y disminuye el riesgo de ciertos tipos de cáncer y enfermedades no transmisibles en las madres.
Reducir las desigualdades
UNICEF y la OMS hacen hincapié en la necesidad de mejorar los programas de apoyo a esta práctica como medida imprescindible para reducir las desigualdades en materia de salud y proteger el derecho de las madres y los bebés a sobrevivir y prosperar.
Se calcula que 4.500 millones de personas (más de la mitad de la población mundial) no gozan de un acceso pleno a los servicios de salud esenciales, lo que significa que muchas mujeres no reciben el apoyo que necesitan para amamantar de forma óptima a sus bebés. Este apoyo incluye el acceso de las mujeres a asesoramiento y consejos de salud por parte de un personal sanitario cualificado, empático y respetuoso a lo largo de toda la etapa de la lactancia.
La recogida de datos fiables es clave a la hora de abordar las desigualdades en la atención sanitaria y garantizar que las madres y las familias reciban un apoyo oportuno y eficaz para la lactancia materna.
Actualmente, solo la mitad de los países recopilan datos sobre las tasas de lactancia materna. Para respaldar los avances también se necesitan datos sobre las medidas normativas que facilitan esta práctica, tales como las políticas de empleo favorables a la familia, la regulación de la comercialización de sucedáneos de la leche materna y las inversiones en materia de lactancia materna.
La mejora de los sistemas de seguimiento contribuirá a potenciar la eficacia de las políticas y los programas relativos a esta práctica, a orientar de manera más adecuada la toma de decisiones y a garantizar que los sistemas de apoyo cuenten con la financiación apropiada.
Medidas a considerar
Cuando se protege y se apoya la lactancia materna, es dos veces más probable que las mujeres amamanten a sus bebés. Se trata de una responsabilidad compartida. Las familias, las comunidades, los profesionales sanitarios y los responsables de la formulación de políticas y decisiones tienen un papel fundamental para llevar a cabo medidas como las siguientes:
-Aumentar la inversión en programas y políticas que protejan y apoyen la lactancia materna a través de presupuestos nacionales específicos.
-Poner en marcha y dar seguimiento a medidas favorables a la familia en el lugar de trabajo, como licencias de maternidad remuneradas, descansos para amamantar y acceso a servicios de atención a la infancia asequibles y de calidad.
-Garantizar que las madres que se encuentran en situación de riesgo en contextos de emergencia o que pertenecen a grupos infrarrepresentados reciban una protección y un apoyo a la lactancia materna que vayan en consonancia con sus necesidades específicas, incluido el asesoramiento oportuno y eficaz en materia de lactancia dentro de su cobertura médica habitual.
-Mejorar el seguimiento de los programas y las políticas relacionados con la lactancia materna para proporcionar datos y conocimientos que permitan seguir aumentando las tasas de esta práctica.
-Desarrollar y aplicar leyes que restrinjan la comercialización de sucedáneos de la leche materna, incluidas las técnicas de marketing digital, con un seguimiento de las denuncias habituales de las infracciones del Código internacional.
Fuente: OMS/WHO.