Además, el especialista resaltó la importancia de ir a testearse, ya que -dijo- "si sabés que tenés el virus vas a proteger tu salud y no transmitírselo a otros".
"En Argentina el 17% de las personas que viven con el virus no conocen su situación", dijo Cahn y remarcó que las personas que viven con el virus, y llevan más de 6 meses con su carga viral controlada e indetectable, "no transmiten el virus a terceros".
En nuestro país hay dos problemáticas en la lucha contra el sida. La primera es que hay un diagnóstico tardío, "el 30% de las personas que se diagnostican es cuando ya tienen una enfermedad avanzada" por lo tanto las posibilidades de tratamiento son inferiores; y en segundo lugar, se da el abandono del tratamiento, "ya me siento mejor no necesito seguir tomando la medicación".
Hizo hincapié en que todo el mundo tiene acceso gratuitamente al tratamiento, el 70% de los pacientes lo recibe a través del Ministerio de Salud de la Nación, "si la tomas y la dejas de tomar, todo el tratamiento no sirvió para nada", explicó.
En comparación con la vacuna de la Covid- 19, Cahn recalcó que en el caso del VIH hay tratamientos sumamente efectivos que sirven para convivir con la enfermedad pero no la curan, aunque se está investigando una vacuna.
"Hay un estudio que se llama Mosaico que lo empezó el Instituto Nacional de los Estados Unidos, donde Fundación Huésped forma parte. Esperamos tener resultados para el 2022 o 2023", precisó.
Florencia Cahn, médica Infectóloga e hija de Pedro, consultó por los primeros casos de pacientes con sida con los que se encontró su padre en la clínica, en diálogo con Radio Urbana Play, a lo que el doctor remitió al año 1982 cuando recibió un paciente en el Hospital Fernández. "No existía internet, y las informaciones médicas nos llegaban por revistas".
"Era un joven dentista que vivía en Miami, y que decidió volver a la Argentina porque no se sentía bien" dijo y señaló que "tenía una neumonía rara y afecciones asociadas, la cual tratamos con antibióticos pero el joven murió".
Lo que sorprendió a Cahn en ese momento, fue que el paciente comentará que era homosexual y que "para ese año era una rareza, nadie lo decía abiertamente, no era la sociedad que tenemos ahora".
Meses después se presento un segundo caso, un bailarín del teatro Colón, que tenia una meningitis, casualmente "un chico que tenia sexo con otros chicos", y "ahí se me ocurrió pensar que algo estaba pasando sin saber que iba a terminar en una pandemia con 80 millones de personas infectadas a lo largo de la historia" dijo el referente en las investigaciones sobre VIH.
Cahn recordó que en su momento se le prohibió la internación de estos pacientes en el Hospital Fernández argumentando que el hospital no estaba preparado, pero era porque empezaron a llegar personas tatuadas, gays y con problemas de adicciones.
"Un jefe de servicio dijo que no tenía nada en contra mío, y que respetaba mi trabajo, pero que yo traía homosexuales y drogadictos y que él tenía hijos", contó el infectólogo, quien resaltó que "ni la homosexualidad ni la drogadicción son contagiosas".
En esta misma línea, aún hoy se convive con la desinformación y el estigma social de esta enfermedad, donde pacientes se ocultan ante su familia.
"Todos somos parte de la solución en la medida que no discriminemos, que no digamos Fulano tiene VIH, y ¿cómo se lo habrá contagiado?" y "se lo habrá pescado como el 89% de las personas del mundo por vía de transmisión sexual", arremetió el médico y concluyó en que "cada uno tiene derecho a manejar su sexualidad como quiera".