El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) emitió recientemente una serie de pautas generales para prevenir y controlar la triquinosis, una enfermedad que se transmite de los animales a las personas.
La triquinosis es una enfermedad zoonótica que se puede transmitir de los animales a las personas, quienes se pueden enfermar al consumir carne insuficientemente cocida o productos elaborados con carne de cerdo o de animales silvestres -como jabalíes o pumas-, que contienen en sus músculos larvas del parásito, informó el organismo a través de un comunicado.
La principal fuente de infección de esta enfermedad para las personas son los cerdos domésticos, aunque también puede producirse por consumo de otras especies como el jabalí, el puma u otros animales silvestres.
"En las personas se puede producir una sintomatología inespecífica, parecida a una gripe, con síntomas gastrointestinales, fiebre, vómitos, diarrea, dolores musculares, entre otros", señaló Tatiana Aronowicz, médica veterinaria del área de Zoonosis de la Dirección Nacional de Sanidad Animal del Senasa. Y añadió que "por eso es importante asociar lo que uno consume con esos síntomas y concurrir al centro médico más cercano".
Prevención
Desde el organismo remarcaron que es fundamental que aquellas personas que se dediquen a la cría de animales "los mantengan en sus establecimientos en las condiciones higiénicas adecuadas y una correcta alimentación".
Esto se debe a que la enfermedad no se contagia de porcino a porcino, sino que el animal puede contraer la enfermedad a través de lo que come, motivo por el que es esencial mantener una alimentación segura de estos animales.
Además, es importante "poder controlar y evitar en los establecimientos el ingreso de roedores, ya que pueden contener larvas de trichinella que ingiere el cerdo", afirmó Mariana Barros, médica veterinaria de la Coordinación de Agricultura Familiar del Senasa.
Otro aspecto clave para la prevención de esta zoonosis es la realización de la prueba de digestión artificial, ya que la enfermedad sólo puede diagnosticarse luego de la faena. Este método permite detectar la presencia de trichinella en una muestra de carne, analizada en un laboratorio autorizado, para saber si la carne que se produce es apta para el consumo. A su vez, esta prueba diagnóstica es también una pauta para quienes se dedican a actividades de caza, ya que detecta la presencia del parásito.
También recomendaron a cazadores que, una vez finalizada la actividad, puedan llevarse las carcasas, ya que "puede convertirse en alimento para otros animales y de esa manera recircula la enfermedad", explicó Aronowicz.
En cuanto a la población en general, recomendaron adquirir los productos únicamente en aquellos establecimientos que se encuentren certificados y habilitados para la elaboración de estos alimentos, y tener en cuenta la identificación de los productos a través de la etiqueta que certifique su origen.
Finalmente, recordaron la importancia de cocinar correctamente la carne hasta que su interior pierda el color rosado, lo cual indica que se alcanzó una temperatura que mata las larvas que transmiten la enfermedad, mayor a 70 grados centígrados.