Una panza prominente sirve a muchos como argumento para dejar de lado la vida sedentaria y comenzar a realizar ejercicio físico. Sin embargo, por más entrenamiento que se realice, esa zona del cuerpo parece ser la última en enterarse. ¿Por qué ocurre eso?
Para empezar, hay que tener en cuenta que perder grasa o peso de forma localizada no es posible, salvo algún procedimiento quirúrgico. Es decir, si estamos yendo al gimnasio o haciendo dieta con la intención de bajar específicamente la panza, lo más probable es que no lo consigamos.
Al comenzar a adelgazar, nuestro cuerpo pierde grasa de forma global, ya que al reducir la ingesta calórica, empleará las reservas de grasa alojadas en todo el cuerpo, sin focalizarse en una sola zona. Con el ejercicio lo que hacemos es ayudar a perder más grasa y aumentar el músculo, ayudándonos a perder volumen y conseguir una recomposición corporal total, no localizada.
La zona abdominal es una de las que más grasa acumula por nuestro estado hormonal. Aunque hombres y mujeres acumulamos la grasa de manera diferente en esta zona, la realidad es que en ambos sexo es un área de gran acumulación de grasa dura, más difícil de eliminar y más resistente.
Esto se debe a numerosos factores: la alimentación, por supuesto, pero también la genética, el estilo de vida, el estrés, la retención de líquidos, el consumo de tabaco y alcohol, entre otros factores, según consignó Vitónica. Es por todo esto por lo que esa zona es la más lenta a la hora de mostrar resultados.
Qué hacer para perder grasa de la zona abdominal:
- Asegurarnos de mantener una buena alimentación: sin grasas saturadas, azúcares añadidos ni alimentos ultraprocesados
- Consumir alimentos ricos en fibra de manera que nos ayude a un buen funcionamiento intestinal y a reducir los niveles de hinchazón
- Mantenernos bien hidratados: evita la retención de líquidos
- Realizar ejercicio físico que combine fuerza y cardio
- Descansar de manera adecuada y reducir estrés
- Reducir o abandonar el consumo de alcohol y tabaco