Por cada paciente con diagnóstico de celiaquía existen otros 10 que desconocen su condición en Argentina, lo que les impide realizar una dieta libre de gluten -hasta el momento único tratamiento- y por lo tanto pueden tener problemas en el organismo, alertó a Télam una especialista del Hospital de Clínicas en las vísperas del Día Mundial de esta dolencia que afecta a una de cada 100 personas adultas y 1 de cada 80 niñas o niños.
La enfermedad celíaca es una intolerancia permanente al gluten, una proteína que se encuentra en el trigo, avena, cebada y centeno, que afecta al intestino delgado de las personas con predisposición genética: puede aparecer en cualquier momento de la vida, desde que se incorpora gluten a la alimentación hasta la adultez.
"En las personas celíacas el consumo de gluten produce un daño de las vellosidades del intestino delgado", indicó a Télam Lorena Bortot, médica de Gastroenterología y coordinadora del Consultorio de Enfermedad Celíaca del Hospital de Clínicas.
Bortot detalló que "según los últimos estudios oficiales de prevalencia, afecta a 1 de cada 100 personas adultas y en población infantil es aún más frecuente: se encuentra en 1 de cada 80 chicas o chicos".
"Si bien todavía se sigue asociando al paciente celíaco con aquel que sufre de diarrea, pérdida de peso y dolor abdominal, en la actualidad la enfermedad se presenta más frecuentemente con manifestaciones extradigestivas o enfermedades asociadas", precisó la especialista.
A modo de ejemplo, Bortot describió que pueden haber desde síntomas abdominales inespecíficos y variables, hasta patologías asociadas como anemia por déficit de hierro, trastornos óseos como la osteoporosis, alteración de las enzimas del hígado y enfermedades tiroideas.
"Otras manifestaciones extradigestivas que pueden estar relacionadas con la enfermedad celíaca son la depresión y la fatiga crónica”, describió y explicó que "la existencia de estos síntomas inespecíficos hace que muchas veces no se concurra al médico para consultar o que éste no sospeche la enfermedad, sin contar con que la enfermedad también puede presentarse sin síntomas".
En consecuencia, Bortot sostuvo que se estima que "por cada paciente con diagnóstico de la dolencia celíaca hay otros diez que no saben que la padecen".
La estimación parte de un estudio coordinado por el Hospital San Martín de La Plata durante 2002 en el que se ofreció el testeo en sangre a dos mil personas que llegaban a los hospitales para efectuarse los análisis prenupciales.
De ese estudio se dedujo que padecían la enfermedad una de cada 144 personas y que la diferencia entre los que sabían que tenían esta condición y los que siendo celíacos lo desconocían era de uno cada diez.
Respecto al método de diagnóstico, se hacen pruebas de sangre, basadas en la detección de anticuerpos específicos, y también se lleva a cabo una biopsia duodenal, cuyas muestras se toman por medio de una endoscopia digestiva alta.
La especialista detalló que "a pesar de su prevalencia no está estandarizado hacer estudios de cribado de rutina; sí está establecido el dosaje de anticuerpos en familiares de primer grado (hijos, padres, hermanos)".
Una vez diagnosticada la celiaquía, el tratamiento se basa en una dieta libre de gluten que debe ser estricta y de por vida, aunque continúan aumentando los ensayos experimentales para desarrollar alternativas.
“La industria farmacéutica se encuentra trabajando hace varios años en diferentes medicamentos para colaborar con este tratamiento. En 2006, 10 empresas farmacéuticas estaban haciendo pruebas de investigación tratando de desarrollar algún fármaco y hoy en día ascienden a 30”, contó.
Bortot señaló que "el no cumplimiento de la dieta libre de gluten puede ocasionar complicaciones en el organismo".
"Se estima que los pacientes adultos consiguen la mejoría de los síntomas a partir de las dos semanas, la normalización serológica entre los 6 y 12 meses de tratamiento y la recuperación histológica (de los tejidos) a los dos años aproximadamente", completó.
Sin embargo, advirtió que hasta un 50% de la población adulta ya diagnosticada tiene poca adherencia a mantener la dieta de manera estricta.
“Es un cambio en el hábito alimentario muy importante y no es fácil. Somos un país que consume un montón de alimentos a base de trigo y esto hace que adaptarse y mantener la dieta sea aún más difícil. Los que mejor la siguen son los que tuvieron muchos síntomas”, detalló.
El consultorio de enfermedades celíacas del Hospital de Clínicas funciona desde 2009 y atiende pacientes que son derivados de todas partes; antes de la pandemia recibía entre 10 y 15 pacientes semanales, de los cuales dos o tres eran diagnosticados con celiaquía.
"En estos veinte años se lograron muchos avances tanto a nivel legislativo como en la industria alimentaria y gastronómica. Nuestras actuales leyes de celiaquía se aprobaron gracias a que los padres y los pacientes empezaron a pelear por sus derechos y actualmente el Programa Médico Obligatorio (PMO) cubre los métodos de diagnóstico”, sostuvo.
En relación a si existe un aumento en la personas que tienen esta enfermedad, Bortot indicó que "la enfermedad siempre existió, sólo que en la actualidad las pruebas de diagnóstico fueron evolucionando, lo que permite una mayor detección".
"Los análisis de sangre que se hacían en los años 70 tenían un nivel de sensibilidad y especificidad que fueron mejorando en los 90, detectando con mayor precisión a los pacientes. Hay más difusión e información, aunque nos queda mucho por seguir haciendo en la concientización", concluyó.