El agua es fundamental para la vida y no solo al consumirla. Múltiples estudios han demostrado los beneficios físicos y mentales que trae la natación.
Estas son algunas de las consecuencias favorables que provoca este deporte, según consignó Muy Interesante.
Repara las neuronas dañadas: mejora la función cerebral y también ayuda a reparar las neuronas dañadas y afecta a los neurotransmisores que influyen sobre el estado de ánimo y las hormonas reductoras del estrés.
Mejora la función cognitiva: aumenta el flujo sanguíneo, lo que a su vez puede ayudar a mejorar la memoria, el estado de ánimo, la claridad mental y el enfoque.
Te levanta anímicamente: al nadar se liberan factores neurotróficos o neurotrofinas en el cerebro, endorfinas, que alivian la tensión y contrarrestan algunos síntomas depresivos. Así, la natación ayuda a estimular la producción de sustancias químicas cerebrales que elevan el estado de ánimo.
Mejora la memoria: promueve nuevas neuronas en el hipocampo para una mejor memoria. De este modo, el daño cerebral por estrés también se puede revertir con la natación a través de la neurogénesis del hipocampo o la sustitución de las neuronas perdidas.
Mejora el aprendizaje: mejora las habilidades motoras gruesas (que surgen directamente de los reflejos) y visuales que conducen a una mejora en el aprendizaje. Y es que los movimientos bilaterales de patrones cruzados en la natación ayudan con el desarrollo de las fibras nerviosas en el cuerpo calloso, que conectan los hemisferios derecho e izquierdo del cerebro y facilitan la comunicación entre los dos.
Gran terapia de rehabilitación: la natación se ha empleado en numerosas ocasiones como método de rehabilitación de las enfermedades cerebro-vasculares. Según las investigaciones, la mejora del paciente es más eficaz y rápida.