La soledad puede adoptar muchas formas, pero en la mayor parte de los casos es una situación que nos da miedo y nos genera rechazo, así que tratamos de evitarla a toda costa. Sin embargo muchos psicólogos aseguran que es necesaria y muy positiva porque permite autoconocernos.
“La soledad es a menudo una importante fuente de ansiedad, obsesión y depresiones, y en consecuencia, nos lleva a conductas muy dañinas para nosotros, para nuestra salud, y para los demás”, dijo Silvia Congost, psicóloga experta en autoestima, dependencia emocional y conflictos de pareja, a Infosalus.
La experta indicó que enfrentarnos a la soledad es lo que más miedo da a los seres humanos. “Todo lo que tenga que ver con la pérdida, el rechazo, el abandono, la imposibilidad, el nunca más, o el no retorno, nos asusta hasta el punto de dejarnos paralizados, incluso ante situaciones verdaderamente dañinas y destructivas”, señaló.
De hecho, llama la atención que las personas suelen no saber estar solas, les cuesta, y la mayor parte de personas tratan de esquivarlo. “Si llegamos a casa y estamos solos ponemos la televisión, llamamos a alguien, nos tumbamos en el sofá con el celular, por ejemplo, con tal de no quedarnos en silencio escuchando a nuestro cuerpo. Es lo que deberíamos hacer pero no hacemos”, advirtió la psicóloga.
El miedo a la soledad tiene un componente biológico por la que, desde que estábamos en las cavernas asociamos el ser expulsado de la cueva con el peligro de muerte por parte de un animal o otra tribu. Por otro lado está la parte social, ya que desde chicos nos educan y transmiten por todos lados (familia, medios de comunicación, o la industria a través de los anuncios) que la situación exitosa es estar en pareja.
“Nos transmiten sin parar que quedarnos sin pareja es un fracaso, más si sos mujer. Por eso se trata de evitar a toda costa. Y cuando ocurre, muchos no se atreven a decirlo”, señaló Congost.
La experta advirtió que cuando no se sabe estar solo uno se acaba aferrando a cualquier persona que lo elija, lo que genera una gran dependencia emocional. “A pesar de que no estás bien con esa persona, no sos capaz de dejarlo, llegando a crearte un cuadro de ansiedad, depresión, de varios tipos dependencia, ya que estás en una relación que no funciona y no te atrevés a cortarla”, manifestó.
Por otro lado, llama la atención sobre el hecho de que confundimos la soledad con el aislamiento. Aquí destacó que lo que sí que es dañino para la salud son las personas aisladas en contra de su voluntad, un cuadro que generalmente coincide con las personas mayores, algo que puede ocasionar una mayor probabilidad de enfermedad cardiovascular y de enfermedad degenerativa.
“El ser humano es social y si bien no necesitamos una pareja, sí por salud necesitamos estar vinculados con otras personas a nivel social y sentir que somos valiosos para alguien. Pero el problema surge cuando lo asociamos únicamente a las relaciones de pareja y pensamos que sin una pareja no podemos estar. Nos abandonamos y caemos en un drama absoluto, cuando alguien que no quiere estar con nosotros se va, debería ser motivo de celebración y no de desdicha”, cerró.