A través de un reciente estudio se pudo comparar cuantitativamente cómo se desempeñan los adultos mayores sanos a diferencia de aquellos con deterioro cognitivo leve (DCL) respecto del caminar, tanto en línea recta como curva. Según los investigadores de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Computación de la Florida Atlantic University (Estados Unidos), el deterioro cognitivo leve es la etapa inicial del deterioro cognitivo y cuentan con mayor riesgo a padecer la transición hacia la enfermedad de Alzheimer.
La investigación
A partir del estudio, que fue publicado en Journal of Alzheimer's Disease Reports, se supo que el caminar en curvas generó mayores desafíos para quienes contaban con deterioro cognitivo leve y superó a caminar en línea recta en la detección de estos deterioros. A su vez, otros marcadores de la marcha indicaron diferencias significativas respecto de las personas sanas.
Para realizar este estudio, los investigadores hicieron uso de una cámara de profundidad con la que detectaron y rastrearon 25 articulaciones del movimiento corporal durante la marcha, mientras se realizaban las caminatas rectas y curvas. En total se obtuvieron 50 marcadores de la marcha para cada prueba y se compararon entre los grupos a través de análisis estadísticos descriptivos.
Se incluyeron dos macromarcadores, velocidad promedio y cadencia, 24 micromarcadores temporales (duración de los pies para subfases del ciclo de la marcha como postura, balanceo, paso y zancada), marcadores microespaciales (cambios de ubicación de los pies para varias subfases) y seis micromarcadores espaciotemporales (velocidad de pies para subfases del ciclo de la marcha). Estos marcadores proporcionaron información detallada sobre el desempeño funcional de los participantes durante las pruebas.
En este aspecto, se descubrió que 31 de los 50 marcadores, es decir, el 62% fueron mayores para el grupo con deterioro cognitivo leve cuando cambiaron de caminar recto a hacerlo en curva. A su vez, 13 marcadores mostraron diferencias significativas entre ambos grupos de personas.
"El grupo con deterioro cognitivo leve mostró una simetría y regularidad disminuidas, tanto en la longitud de los pasos como en las zancadas al caminar en curva. También requirieron un tiempo de doble apoyo prolongado en varias áreas, especialmente al cambiar de dirección, lo que resultó en una velocidad de paso reducida", explicaron los investigadores en su estudio.
Diferencia entre géneros
A diferencia de otros estudios, los resultados de este trabajo no mostraron diferencias significativas en la edad y género de los dos grupos. Sí existieron diferencias significativas en el índice de masa corporal (IMC), años de educación y puntuaciones de la Escala de Depresión Geriátrica (GDS).
Quienes padecían deterioro cognitivo leve presentaban un IMC más alto, niveles de educación más bajo y puntuaciones más altas de GDS.
Hacia una detección temprana
Contar con la sospecha de un deterioro cognitivo leve a partir de esta simple observación, lleva a una consulta temprana y, por ende, permite arribar a un diagnóstico preciso de este deterioro. El mismo genera un mayor riesgo de padecer enfermedad de Alzheimer que, al ser detectada también en un estadio precoz, permite abordarla con mayor rapidez y evitar deterioros veloces.
"Los impactos de este estudio también se extienden a la práctica clínica al proporcionar métodos mejorados de detección y seguimiento que pueden replicarse fácilmente con costos y tiempo mínimos en el entorno clínico", concluyeron.
Fuente: Europa Press.