Una de las enfermedades reumáticas más frecuentes a nivel mundial es la artrosis. Su prevalencia se encuentra alrededor del 29% en mayores de 40 años, por lo que se estima que afecta a más de 600 millones de personas en la actualidad. Al tratarse de una enfermedad infradiagnosticada, las cifras podrían ser mayores, tal y como indican los doctores de la Sociedad Española de Reumatología (SER).

Hace pocas semanas atrás se realizó el III Curso SER de Artrosis. Entre los puntos más llamativos que se abordaron, se encontró el del vínculo entre la microbiota y el equilibrio de la flora intestinal con la artrosis.

Artrosis: Tratamiento actual

Actualmente, la base del tratamiento de la artrosis se centra en la modificación de ciertos hábitos y del estilo de vida. Factores de riesgo clásicos de la artrosis como la edad, la obesidad, la dieta o el ejercicio alteran la microbiota, ocasionando disbiosis (desbalance del equilibrio microbiano de la microbiota normal), elevación de lipopolisacáridos, liberación de citoquinas y una inflamación de bajo grado persistente que favorece el desarrollo de esta enfermedad.

Asimismo, los expertos indicaron que “la microbiota también puede influir en el metabolismo de los fármacos que se administran a los pacientes, modificando su biodisponibilidad y, por tanto, su eficacia”.

¿Cómo modificar la microbiota?

La microbiota puede modificarse a través de un cambio en la dieta habitual, además de realizar ejercicios e incluso mediante un trasplante fecal. También puede ser mediante la administración de prebióticos (alimentos que contienen sustrato para microbiota), probióticos (contiene las bacterias vivas), simbióticos (contiene tanto prebióticos como probióticos) y postbióticos (contiene metabolitos generados por la microbiota que son beneficiosos, como el butirato o los ácidos grasos de cadena corta).

Todas aquellas acciones que contribuyan a evitar la disbiosis son potencialmente útiles para prevenir la artrosis. Esto es debido a que la disbiosis es un factor de riesgo de artrosis. A su vez, en una reciente investigación se estudió si el trasplante fecal desde ratones no susceptibles de tener artrosis a otros susceptibles disminuye el riesgo de padecer la enfermedad y los resultados fueron positivos. Estos resultados son prometedores, aunque son necesarios más estudios y que se confirmen en humanos.

Microbiota y artrosis

En la actualidad existe una evidencia del papel fundamental de la microbiota en el desarrollo y la progresión de la artrosis.

Por este motivo y a modo de prevención en el desarrollo de esta enfermedad reumática, resulta clave evitar la disbiosis intestinal siguiendo una dieta sana (especialmente, la llamada "dieta mediterránea"), haciendo ejercicio de forma regular y evitando la obesidad. Además, la administración de prebióticos y probióticos puede mejorar la sintomatología de los pacientes con artrosis. Es por ello que se recomienda consultar al médico de confianza para asegurar una prevención afín al propio organismo y sus particularidades.

Fuente: EFE.