Suspendiste el café, y el vino tinto; tratas de no estar mucho sentado; dejaste de andar en moto y bicicleta; te levantas varias veces a orinar de noche y despiertas cansado, de mal humor; no tienes sexo por los trastornos que la próstata te provoca, y discutís con tu pareja por orinar la tabla del inodoro; para colmo de males, no vas a reuniones con amigos porque tienes sensación permanente de necesitar ir al baño a orinar. Fuiste al médico y te diagnosticó agrandamiento de próstata (Hiperplasia Prostática Benigna) para lo cual te receto una medicación que te produjo mareos y desvanecimientos por baja presión arterial y mayores trastornos sexuales: Decís, basta hasta aquí llegué.
Este relato confronta a casi 6 de cada 10 varones mayores de 60 años. Sumado a los hombres que padecen de infecciones urinarias a repetición, forman cálculos en la vejiga, los que no desean salir a la calle o ir a reuniones por miedo a no encontrar un baño, y a los que al mojar su ropa interior por incontinencia sienten vergüenza. Este abanico de trastornos que provoca el agrandamiento de próstata tienen un alto impacto en la calidad de vida de los hombres.
Para el varón que envejece, los problemas de próstata son casi tan comunes como las canas. El agrandamiento de próstata es una entidad que afecta al hombre a partir de los 50 años. Ninguna otra glándula del cuerpo humano, se expande de manera tan predecible con la edad como la próstata. Si el varón vive como el promedio de vida hoy, 82 años, es casi inevitable que padezca por la próstata agrandada. El tamaño, la intensidad de los síntomas y grado de repercusión sobre la calidad de vida varían, pero se incrementan con la edad. 70 % de los hombres tendrán síntomas prostáticos a los largo de su vida.
La Uróloga Malen Pijoan (MP 13001) explica que el aumento de tamaño asociado o no a un cáncer, trae dificultades para orinar y eyacular, y hasta impotencia sexual. Estos trastornos tienen un impacto significativo en la calidad de vida de los pacientes al causar pérdida de sueño, reducción de la productividad, deterioro de la vida sexual, aislamiento social y depresión. Si bien los síntomas pueden ser fluctuantes e incluso con períodos asintomáticos o de mejoría; se debe remarcar que la evolución natural de la enfermedad, sin ninguna intervención terapéutica, tiende a un empeoramiento clínico progresivo, con aumento del volumen prostático e incremento del grado de obstrucción hasta llegar a la insuficiencia renal crónica obstructiva, destaca.
El Urólogo Martín Piana (MN 13739) asegura que durante mucho tiempo tanto médicos como pacientes confiaron este problema al uso de medicamentos de toma diaria. Pero la última década fue testigo de un proceso de cambio. La mayor edad de las personas, los pobres resultados del uso de medicamentos en el tiempo, el desarrollo de nuevas terapias de mínima invasión, y la búsqueda de una mejor calidad de vida de los hombres han provocado una transformación en el manejo de este problema que todo varón padecerá en algún momento de su vida. En tal sentido hasta hoy los medicamentos eran el principal tratamiento. Los datos actuales demuestran que hasta el 70 % de los hombres no cumplen y/o interrumpen sus fármacos debido a su eficacia insuficiente, los efectos adversos que incluyen disfunción sexual, dolores de cabeza y mareos e hipotensión arterial. Además, numerosos estudios a gran escala han informado que la medicación a largo plazo enmascara los daños funcionales sobre la vejiga y conduce a un mayor deterioro de la función miccional, resalta el Dr. Martín Piana.
La decisión de hacer o no cirugía, siempre fue una cuestión de considerar los beneficios frente a las desventajas. Así el 83 % de los hombres prefieren esperar a tomar esta decisión por miedo a estar internados, alterar su función sexual y/o tener sonda vesical colocada varios días. Hoy con el desarrollo de técnicas de nueva generación como el láser, los hombres resuelven su problema de próstata de forma definitiva mejorando su calidad de vida, subraya la Dra. Malen Pijoan.
Asistimos a un cambio de paradigma en el manejo de uno de los problemas más frecuentes del varón. El objetivo y orden de aplicación de los tratamientos se ha modificado, reflexiona Piana. La tecnología láser, constituye hoy la mejor alternativa por quienes buscan una solución definitiva a su problema de próstata. Nuestra experiencia acumulada demuestra que la terapia láser logra un alivio inmediato de los síntomas prostáticos aumentando el flujo miccional: sin internación, sin incisiones, sin sangrado, sin dolor ni anestesia general. Las diferencias más destacadas con respecto a la cirugía convencional y la vaporización bipolar son las pocas horas internación y de sonda vesical, menor sangrado, la mayor posibilidad de preservar la función eyaculatoria, entre otras. Logrando una vuelta a actividades habituales más rápida devolviendo la calidad de vida de las personas.