Crujirse los dedos es una práctica común en mucha gente. A veces es por costumbre para liberar las articulaciones, otras por estrés y también están quienes lo hacen en forma inconsciente. Pero, ¿puede tener esto algún efecto negativo sobre la salud?
En primer término cabe señalar que las articulaciones del cuerpo están unidas por una cápsula llena de líquido sinovial y gases, encargados de lubricar las articulaciones para que funcionen con normalidad y evitando que se produzcan roces y desgastes en los huesos.
Cuando se crujen los dedos, se aumenta el espacio entre las piezas óseas de las articulaciones, por lo que la mencionada cápsula de líquido se dilata, hace bajar la presión y la solubilidad de los gases de su interior. Así es que cuando estas bolsas de gas explotan dentro de la cápsula de líquido sinovial, producen el sonido del crujido, según explica el sitio Podoactiva.
Allí se señala que hacer crujir las articulaciones de forma esporádica no es perjudicial, pero repetir el mismo gesto de manera frecuente podría provocar efectos a medio y largo plazo como lesiones en las estructuras de los ligamentos o los tendones, así como un desgaste articular.
No obstante, no hay pruebas de que esto predisponga a sufrir artritis. Por otro lado, si hay una necesidad recurrente de crujir los dedos puede haber otro problema de fondo que debe consultarse con un especialista.