En los últimos años hubo varios casos judiciales en los que se ha llegado a decir que las mujeres que utilizan talcos cerca de la zona genital pueden tener un alto riesgo de padecer cáncer de ovario. De hecho en julio de 2018 la Corte Suprema de Estados Unidos condenó a Johnson & Johnson a pagar u$s4.690 millones a 22 mujeres y sus familias que habían contraído esa enfermedad, según su versión, por utilizar este producto. Sin embargo un nuevo estudio pone en duda esta versión.
La investigación, publicada en la revista médica Jama y reproducida por AFP, analizó a 250.000 mujeres norteamericanas, con una edad promedio de 57 años, durante 11 años. De ellas, el 38% aseguró usar talcos en su área genital, el 10% señaló que lo había hecho durante 20 años y el 22% indicó que al menos una vez a la semana lo usaba.
Tras analizar los casos, el grupo de científicos encontró que de las mujeres estudiadas, 2.168 desarrollaron cáncer de ovario, una cifra que se condensó en 61 casos por cada 100.000 personas al año entre las que alguna vez han usado talco en esta zona; y 55 casos por cada 100.000 personas al año entre las que jamás lo han utilizado.
Es decir que no se observaron diferencias estadísticas entre las mujeres que dijeron usar talco y aquellas que nunca lo usaron. Lo mismo ocurrió al comparar la frecuencia o la duración de su implementación. "No existe una asociación estadística significativa entre la utilización declarada de talco en los genitales y el riesgo de cáncer de ovario", indicaron los autores del trabajo.
Más allá de eso, aclararon que los resultados no son concluyentes sino exploratorio. Ocurre que el efecto del uso de talco es difícil de identificar de forma aislada porque los cánceres de ovario son raros: solo 1,3% de las mujeres corren el riesgo de sufrirlo en su vida.