Cada 24 de septiembre se conmemora el "Día Internacional del Cáncer de Tiroides" con la finalidad de dar a conocer más sobre esta enfermedad, la cual representa uno de los padecimientos más recurrentes en mujeres. Con un diagnóstico oportuno se evitan mayores complicaciones y se garantiza una mejor sobrevida.
La tiroides
La tiroides es una glándula endócrina ubicada en la base de cuello, por delante de la laringe, y se forma por dos lóbulos que se unen en la línea media. A través de la secreción de hormonas a la sangre, se encarga de regular el metabolismo corporal volviéndose clave para el correcto funcionamiento de todo el organismo.
En esta glándula pueden originarse distintos tumores, la mayoría benignos (no cancerosos) aunque otros sí lo son. En el caso de los cancerosos, pueden propagarse hacia los tejidos cercanos y otras partes del cuerpo.
El cáncer de tiroides
Se trata de una anomalía bastante frecuente, principalmente en mujeres, que se manifiesta por alteraciones en la glándula tiroides. Puede manifestarse como nódulos o pequeños tumores, o bien como abultamientos con poca presencia de líquido coloide, el cual causa endurecimiento de los nódulos que posteriormente se transforman en adenomas y, de no ser tratados, pueden extenderse a otros tejidos y órganos.
Arribar a un diagnóstico y tratamiento tempranos
Se calcula que las mujeres corren un riesgo hasta tres veces mayor que los hombres, lo cual se vincula de forma estrecha con los cambios hormonales. En caso de presentar alguna anomalía, la misma debe ser tratada para evitar futuras complicaciones.
Además, puede suceder que, durante una revisión, se encuentren nódulos tiroideos que, de no presentar variaciones ni generar dolor, inflamación, ronquera o problemas para tragar, no representan ningún peligro. Sin embargo, es importante el seguimiento médico para descartar cualquier complicación.
La buena noticia para muchas mujeres y pacientes con esta enfermedad, es que la esperanza de vida con una detección temprana, es bastante alta. Con un diagnóstico preciso, seguido de un tratamiento y un control sistemático por parte del médico y los especialistas, pueden garantizar una vida sana y un futuro prometedor.
Muchas veces las enfermedades suelen ser asintomáticas y, por eso, se resalta la importancia de asistir de manera periódica al especialista, realizando los controles sugeridos por el mismo.