“La sangre que llega a los lugares más apartados del cuerpo humano, debe regresar al corazón, y es todo un desafío. Las venas principales como la safena, por ejemplo, tienen válvulas ubicadas estratégicamente; ellas son las encargadas de impedir el reflujo. A veces fallan”, indicó sobre lo que se conoce como “reflujo de sangre” el doctor Armando Schapira, médico flebólogo, a Rosario 3.
Este reflujo representa el momento en que el flujo de sangre dentro de la vena, que normalmente tiene que ir del pie al corazón, invierte el sentido porque la válvula no funciona adecuadamente y la presión se ejerce hacia abajo y dilata esa vena que funciona inadecuadamente, con lo cual opera mal todo el árbol que configura esa serie de venas que lo conforman. “Tomemos como ejemplo la vena safena, ésta tiene dos válvulas ubicadas en su desembocadura que son las que sostienen el reflujo; por ejemplo, cuando estamos de pie las válvulas impiden que la sangre retroceda. Cuando la válvula por alguna razón no cumple con esa función comienza la enfermedad venosa”, indicó.
La otra teoría sobre el origen del reflujo sostiene que las que se afectan primero son las venas secundarias, como si fueran las ramas del árbol que son más pequeñas y que afectan a la vena principal la de mayor caudal; haciendo insuficiente la función de todo el árbol venoso. “En esto, debemos tener en cuenta que la genética ejerce un rol importante”, aseveró.
- ¿Todo comienza en el consultorio cuando el paciente habla y ustedes escuchan?
- Sí. Todo comienza allí. Podemos recurrir a todos los tratamientos y a todos los métodos diagnósticos, pero todo comienza a delinearse con la narración del paciente a quien nosotros debemos escuchar con dedicación y atención; y sigue con el examen clínico que sirve para aplicar los otros sentidos, mirar, tocar, ver, oler. Todos los sentidos puestos en el paciente. Estos representan los pasos imprescindibles para intentar alcanzar una respuesta a los interrogantes que nos plantea el paciente en su consulta. Es un principio básico sin el cual, no tomamos ninguna decisión. Los médicos debemos saber escuchar; saber interpretar lo que se nos dice.
- ¿Qué se hace luego?
- Una vez reunida toda la información, debemos saber explicarle al paciente qué es lo que tiene; por qué lo tiene y cómo tiene que proceder; más todo lo que sigue a su alrededor; tengo que enseñarle, por ejemplo, cómo se coloca la venda en el caso de una úlcera, tomándome el tiempo necesario, para explicarle paso por paso y otro tanto para la colocación de las medias de contención; en estos casos nos ayudamos con la página donde incluimos dibujos y fotos con las indicaciones respectivas. Agregamos también recomendaciones para las personas que tengan que realizar viajes prolongados. Todas estas recomendaciones, una vez explicadas durante la consulta, se las mandamos por mail o direccionamos a los pacientes a nuestra página (www.flebologiarosario.com.ar).
- ¿Luego de los estudios y el diagnóstico, recuren ustedes a los tratamientos?
- Los tratamientos se eligen de acuerdo a la válvula que está afectada, si es la principal o sus “afluentes”; además si la vena afectada es la principal y el funcionamiento de la válvula terminal es deficitario, recurrimos a la cirugía; si es la otra válvula, se pueden hacer tratamientos menos invasivos como son las inyecciones esclerosantes; o podemos recurrir a los métodos endovasculares como son el láser la radiofrecuencia y otros, cada uno de estos métodos tiene sus indicaciones.
- ¿Ven ustedes en el consultorio pacientes cursando una trombosis?
- Sí, claro. Y el 90 % de los casos ya tenemos in mente el diagnóstico antes de hacer el estudio. Pero, a veces, la obstrucción no es completa, ocupa sólo una parte y no hay síntomas; el dolor es mínimo, pero hay edema, es decir hinchazón, lo que nos lleva hacer el estudio donde corroboramos el grado de la obstrucción, lo que nos da tiempo recurriendo a tratamientos alternativos.
- ¿Recurren a otros estudios fuera del consultorio?
- Sí, muy pocas veces necesitamos recurrir a una tomografía por contraste o a una resonancia por contraste. Si bien no son muchos los casos, existen, sobre todo cuando sospechamos una fístula arterio venosa, o una comunicación anormal entre una arteria y una vena, recurrimos a estos estudios con el fin de localizar exactamente el lugar y el grado de la lesión para decidir el tipo de tratamiento, el que muchas veces puede resultar mínimamente invasivo y no llegamos a la cirugía.
- ¿Estas manifestaciones se dan en gente joven también?
- Tengo pacientes jóvenes. A uno de 25 - 26 años lo estamos estudiando para ofrecerle un tratamiento adecuado. Se trata de un paciente con un factor genético.