Para el médico Eilir Hughes, la sola idea de que la gente mantenga las ventanas cerradas "hace que su cabeza explote de ira".
Por su parte, un destacado ingeniero dice que avergüenza a su familia en los restaurantes cuando trata de que entre aire fresco.
Ambos son parte de un creciente grupo de expertos preocupados por cómo el coronavirus puede acumularse en habitaciones mal ventiladas.
Su mensaje es que las autoridades deben enfatizar la importancia del aire exterior según lo que contño la BBC Mundo.
¿Cuál es el problema?
Según el médico Eilir Hughes, que dirige un centro de salud en el norte de Gales, el eslogan del gobierno de Reino Unido "manos, espacio, cara" no tiene suficiente alcance.
Hughes dice que reemplazar el aire viciado en una habitación con aire fresco del exterior puede reducir enormemente las posibilidades de que las personas se infecten.
El doctor Hughes dice que su mensaje ha llamado la atención.
¿Qué dice la ciencia?
Al comienzo de la pandemia, las autoridades se centraron en lo que se suponía eran las vías de infección más probables.
Una es el riesgo de tocar una superficie contaminada, de ahí la recomendación de lavarse las manos frecuentemente.
La otra es recibir gotas que se producen cuando alguien cercano tose o estornuda, lo que llevó a la regla de los dos metros de distanciamiento social y el uso de mascarillas.
Pero la posibilidad de una tercera vía de transmisión, a través de pequeñas partículas de virus conocidas como aerosoles que permanecen en el aire, ahora también se acepta ampliamente.
Esta vía de contagio fue reconocida por asesores del gobierno de Reino Unido a principios de este año y, luego, por la Organización Mundial de la Salud.
Las autoridades estadounidenses incluso han ido más allá, al decir que se cree que la inhalación de gotitas y aerosoles "es la principal vía de propagación del virus".
Ante ese riesgo, el lavado de manos, el distanciamiento social y el uso de máscaras no son garantía de protección.
¿Las ventanas abiertas realmente marcan la diferencia?
Shaun Fitzgerald, profesor de la Real Academia de Ingeniería en la Universidad de Cambridge, está convencido de que sí, y ha convertido en una misión personal mejorar la ventilación siempre que pueda.
Eso incluye intentar abrir ventanas que han sido selladas o que no han recibido mantenimiento durante años.
"Me niego a estar en un lugar que no esté bien ventilado", dice.
Según el doctor Fitzgerald, la investigaciones muestran que un buen suministro de aire fresco para diluir y dispersar el virus puede reducir el riesgo de infección entre un 70% y 80%.
Fitzgerald apoya los mensajes sobre el lavado de manos, el distanciamiento social y cubrirse la cara, pero dice que el aire fresco "siempre es el cuarto en la lista o, a menudo, no existe".
"Mi mayor preocupación es que con la nueva cepa del virus sabemos que mantener los aerosoles a un nivel bajo será aún más importante y eso significa mantener adecuadamente ventilados los lugares", dice el experto.