Para quienes padecen heridas crónicas y quienes las tratan, en España, la Sociedad Española de Heridas (SEHER) brindó un nuevo congreso en donde se presentó la iniciativa "Las rutas por tipo de herida". Basadas en evidencias, esquematizadas y elaboradas por pasos, estas guías buscan lograr mejores abordajes de las heridas según su etiología y de manera estandarizada.
De esta forma, las rutas pretenden dar respuesta a cuestiones sobre cómo evaluar a un paciente, cómo establecer un plan de tratamiento, cómo tratar una herida crónica, cómo elegir el apósito más adecuado, cómo monitorizar la evolución y cuándo será necesario derivar a unidades especializadas.
Los tipos de heridas que se abordan en estas guías son: la úlcera venosa en extremidad inferior, lesión por presión o escara, úlcera del pie diabético, desgarros cutáneos, y dehiscencia de la herida quirúrgica.
Heridas crónicas: La importancia de un correcto abordaje
Las heridas crónicas son una de las patologías crónicas con mayor costo para el sistema sanitario. Según los expertos, la cronificación de las heridas sucede, en muchas ocasiones, porque el profesional no tiene una visión centrada en la persona, y solo piensa en la herida.
Por ese motivo, indicaron la importancia de tener estas rutas, que colaboran con hacer una valoración por etiología y a tomar buenas decisiones pensando en las situaciones que han provocado esas lesiones.
En las guías elaboradas se aborda, entre otros asuntos, cómo evaluar cada tipo de lesión, cómo manejar las heridas, cómo diagnosticarlas, cómo desarrollar y llevar a cabo un plan de tratamiento y cuidado especializado. Además, se incluye información para la monitorización de la progresión y seguimiento de cada tipo de herida así como recomendaciones para contactar o derivar a otros especialistas.
Las diferentes heridas crónicas
-Lesión por presión o escaras: Las lesiones por presión (LPP), conocidas como escaras, son un daño localizado de la piel o el tejido subyacente que se suele formar sobre una prominencia ósea. También se puede producir en tejidos blandos por el uso de dispositivos clínicos. Se presentan, casi siempre, en forma de úlceras abiertas o de piel intacta, y pueden resultar dolorosas para la persona tratada.
-Úlcera venosa: Una úlcera venosa en la extremidad inferior es una lesión abierta, a veces dolorosa y/o incapacitante, en la piel de la pierna por debajo de la rodilla. Suelen tardar más de dos semanas en curarse.
-Desgarros cutáneos: Se trata de una porción de la piel que se separa involuntariamente (parcial o totalmente) de su lugar original debido a fuerzas de cizallamiento, rozamiento o contusas. Los desgarros cutáneos se consideran lesiones agudas, aunque sin un tratamiento adecuado pueden cronificarse.
-Dehiscencia de la herida quirúrgica (DHQ): Es la separación de los márgenes de una incisión quirúrgica previamente cerrada. La separación puede producirse en una o varias regiones, o abarcar toda la longitud de la incisión, y puede afectar a algunas o a todas las capas de tejido. Suelen aparecer entre 4 y 14 días después de la intervención quirúrgica, aunque pueden producirse hasta 30 días después. Una dehiscencia quirúrgica puede mostrar o no signos y síntomas clínicos de infección.
-Úlcera en pie diabético: Las úlceras de pie diabético se encuentran entre las complicaciones más habituales en los pacientes diagnosticados con diabetes mellitus.
A través de la página web menosdiasconheridas.com se puede acceder y descargar al completo y de manera gratuita las cinco guías.
Fuente: EFE.