El huevo es uno de los alimentos con elevado valor nutritivo y uno de los pocos que contiene vitamina D en forma natural. Esto lo convierte en uno de los productos más recomendables de consumir, sobre todo en épocas invernales en donde resulta complejo obtenerla naturalmente por la luz solar.
La vitamina D colabora con mantener huesos, dientes y músculos sanos, a la vez que una inmunidad fuerte. En tal sentido, quienes cuentan con un déficit de esta vitamina también tienen riesgo de desarrollar Trastorno Afectivo Estacional (TAE), muy común durante los meses de invierno.
Por este motivo, investigadores de la Universidad de Newcastle (Reino Unido), realizaron un estudio que permitió conocer de qué forma almacenar correctamente los huevos sin que se afecte su concentración de vitamina D, a la vez que cuál es la forma adecuada de cocción para sacar el máximo provecho a este aporte nutricional.
Huevos y vitamina D
En primer lugar, los científicos dieron cuenta de que dejar los huevos en la mesada o en un sitio al natural es mucho mejor que almacenarlos en la heladera. Esta recomendación se da incluso a sabiendas de que la mayoría de heladeras trae consigo bandejas exclusivas para colocar huevos, pero los sitios en donde los mismos se compran jamás los conservan de esa forma.
Por otra parte y como recomendación para cocinarlos, los expertos señalaron que la mejor forma de ingerirlos es revueltos, seguidos por cocción al microondas (escalfados), poché, duros y, por último, huevos fritos.
Tras realizar las pruebas pertinentes, se analizó que la conservación de vitamina D fue de entre el 78 y el 109% tras la cocción y que, además, al comparar huevos enriquecidos con no enriquecidos, la vitamina D era de entre un 22 y un 132% más alta según el método de cocción utilizado.
Fuente: Europa Press.