La ciencia ha avanzado muchísimo en el combate al cáncer de mama, sin embargo sigue siendo la primera causa de muerte por cáncer en mujeres. De hecho, se calcula que una de cada ocho mujeres padecerá esta enfermedad a lo largo de su vida. De allí la importancia de la detección precoz, en donde la autoexploración mamaria constituye un método muy eficaz.
Para realizar correctamente este autoexamen, lo adecuado es fijar un día en el calendario al mes para no olvidarse. Lo mejor es hacerlo después de la menstruación, ya que antes o durante las mamas suelen estar más sensibles e, incluso, pueden doler un poco, según consignó 20 Minutos, que detalló los pasos a seguir.
- Colocarse delante de un espejo: los brazos deben estar hacia abajo y hay que observar si hay alguna deformidad, cambio de color, secreción en los pezones, hendiduras, piel de naranja, etc. Es necesario hacer esto sin apuro y prestando mucha atención a cualquier alteración.
- Levantar los brazos: con los brazos levantados volveremos a observar las mamas. Conviene prestar atención a la posible asimetría, protuberancias, erupciones en la piel, hundimiento del pezón, etc.
- Exploración física: se explorará una mama con la mano contraria. Se utilizarán los dedos para palpar toda la mama y la zona del pezón. Para hacerlo bien, hay varios métodos de palpación.
- Métodos de palpación: desde la axila se palpará hasta debajo de la clavícula. Con un movimiento en espiral (o vertical) se palpará toda la mama. También, se harán pequeños círculos. Los dedos se desplazarán, después, por toda la mama, pero sin separarlos del pecho. El último paso es presionar la zona del pezón por si sale algún líquido.
A pesar del miedo que suele generar la posibilidad de encontrar algo fuera de lo normal en las mamas, la autoexploración es fundamental. Cada mujer conoce la forma, color, tamaño de sus mamas y puede detectar los cambios de una mejor manera para detectar lo antes posible el cáncer.
En el caso de que durante la autoexploración haya algo fuera de lo común, es adecuado poner esto en conocimiento del médico lo antes posible. Este realizará una segunda revisión y, probablemente, sugerirá una mamografía para verificar si hay algún tipo de tumor en la mama. Aunque a partir de los 40 años es conveniente empezar a hacerse mamografías.