Padecer una enfermedad neurológica como el ictus, demencia o cefalea, afecta la calidad de la salud cerebral. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud cerebral es el buen estado del funcionamiento del cerebro en los dominios cognitivo, sensorial, socioemocional, conductual y motor, que permite a una persona desarrollar su potencial a lo largo de su vida.
En este aspecto, el organismo subraya que las enfermedades neurológicas son la principal causa de la mala salud cerebral, así como de discapacidad a nivel mundial. Asimismo, constituyen la segunda causa de muerte a nivel global, con un total de 9 millones de decesos al año. Actualmente, las estadísticas de la OMS muestran que 1 de cada 3 personas padecerá alguna enfermedad neurológica en algún momento de su vida, y es por ello que se llama a la reflexión y necesidad de información para arribar a diagnósticos y tratamientos de forma más temprana.
Las enfermedades neurológicas y la salud cerebral
Desde la Sociedad Española de Neurología presentaron el "Informe sobre la relación entre las enfermedades neurológicas y la salud cerebral", un documento que surge como respuesta al llamamiento a impulsar acciones para entender la importancia de cuidar la salud cerebral por parte de la OMS, el cual inició en 2022.
A partir de dicho informe, se explica la relación entre la pérdida de salud cerebral y la enfermedad neurológica.
Prevenir una enfermedad neurológica
Entre las distintas aristas, se aborda la necesidad de estrategias eficaces para prevenir la enfermedad neurológica.
“No solo se necesitan estrategias porque muchas enfermedades neurológicas son prevenibles, como por ejemplo más del 80% de los casos de ictus, del 40% de los casos de demencia, o del 30% de los casos de epilepsia, sino porque una buena salud cerebral también puede influir en la manera en que los pacientes afrontan los daños causados por la enfermedad y porque una buena salud cerebral puede retrasar la aparición de síntomas y reducir la progresión de la discapacidad”, señalaron.
En este sentido, el informe presenta ocho recomendaciones basadas en un estudio sobre la aplicación de intervenciones en el estilo de vida que actúa en múltiples factores de riesgo, con el fin de preservar la salud cerebral:
-Un patrón saludable de sueño que incluya de 7 a 9 horas de sueño diarias. Esta medida se asocia de forma clara con la mejora en el rendimiento cognitivo.
-Una dieta sana que incluya una adecuada ingesta proteico-calórica con limitación de la ingesta de sodio. En este aspecto, se destacan las dietas como la mediterránea, donde prima la ingesta de verduras, frutas, legumbres y hortalizas, dando preponderancia al consumo de pescado sobre la carne.
-Realizar actividad física de forma regular que incluya ejercicios aeróbicos cardiopulmonares y anaeróbicos de desarrollo muscular. Ambos reducen la recurrencia de ictus, mejoran la cognición y disminuyen el riesgo de depresión.
-No fumar, y también evitar el alcohol, marihuana y otras drogas de abuso.
-Mantener un peso adecuado.
-Mantener un perfil lípido adecuado.
-Mantener niveles normales de glucemia.
-Control de niveles de presión arterial.
Fuente: EFE.